Todos coinciden en que 2025 es un año incierto. Muchas tensiones, en el ámbito internacional y nacional, se entrecruzan sin que hoy sepamos cómo van a resolverse.
El segundo mandato de Trump va a sacudir el panorama global. Habrá que comprobar con qué magnitud y con qué formas. Pero ya se anuncian “nuevos tributos” a pagar al centro del imperio, a través de un aumento de los aranceles o una enésima elevación del gasto militar. Y con el nuevo inquilino en la Casa Blanca, los sectores y propuestas más reaccionarios, no solo en la ultraderecha, redoblan sus ataques.
Mientras que en nuestro país una oleada de escándalos acecha al gobierno, que enfrenta cada vez más dificultades. Instalando un clima de inestabilidad y polarización.
Pero en el año que comenzamos hay otros retos más concretos, marcados en el calendario y que afectan directamente nuestras vidas. Enfrentarlos con una alternativa que defienda los intereses populares es una necesidad que va a estar en primer plano a lo largo de 2025.
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1.- Luchar contra la desigualdad. Redistribuir la Riqueza.
Detrás de las celebradas cifras del crecimiento económico está la realidad de millones de personas, que no disfrutan de la nueva versión de la “España que va bien”.
Un cuarto de la población está en riesgo de pobreza. Incluyendo casi tres millones que trabajan pero a causa de los bajos salarios son pobres.
Y aproximadamente un 60%, más de la mitad, no sufren la posibilidad de caer en la pobreza, pero sí son “más pobres”, porque su poder adquisitivo se ha reducido a golpe de subida de precios de productos básicos, alquileres, hipotecas…
Mientras una ínfima minoría gana hoy más que nunca. Bancos, monopolios y capital extranjero han batido en 2024 el récord de beneficios que ya habían pulverizado en 2023. Y anuncian que lo volverán a batir este año que empezamos.
Nuestro problema es la desigualdad. Que sigue avanzando a pesar del elevado crecimiento de la economía.
Desde estas páginas hemos apoyado las medidas sociales aprobadas por el gobierno, y reclamamos su continuidad y ampliación. Y respaldamos la reducción de la jornada laboral que acaba de pactarse con los sindicatos.
Pero estas medidas no han detenido el avance del saqueo contra la mayoría. Y no lo van a hacer en 2025. Solo hay una manera de acabar con este atraco: Redistribuir la Riqueza.
Hay que recortar los ingentes beneficios de bancos, eléctricas, petroleras, capital extranjero… para destinar esos recursos a crear empleo, mejorar la sanidad y la educación públicas…
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2.- Alto el fuego YA, en Palestina y en Ucrania.
2025 va a ser decisivo para el futuro de Palestina y Ucrania. El gobierno español respalda a Ucrania frente a la invasión rusa, y ha denunciado, frente a otros países de la UE, como Alemania, el genocidio en Palestina.
Este año van a arreciar las presiones para que España se encuadre, sin veleidades pacifistas, junto a Washington y Tel Aviv.
Debemos redoblar la exigencia de un alto el fuego en Palestina, que permita avanzar hacia una paz justa bajo un lema que una inmensa mayoría: Ni genocidio ni terrorismo.
Y reclamar en Ucrania una salida que proteja al país invadido y no premie al invasor.
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3.- Un año para blindar las pensiones en la Constitución.
2024 se abrió con una reforma constitucional, que eliminaba una intolerable discriminación y ampliaba derechos de las personas con discapacidad. Poco después en Francia blindaba el derecho al aborto en su Carta Magna. Y crecen las voces que en nuestro país reclaman “blindar derechos sociales en la Constitución”.
En este año que empezamos debemos redoblar la lucha para que las pensiones públicas estén de verdad protegidas al máximo nivel, en nuestra “ley de leyes”.
Porque otros están empujando en sentido contrario. En marzo, por imposición de Bruselas, se revisarán las cuentas de las pensiones, con la posibilidad de recortarlas si no cuadran. Quieren degradar las pensiones públicas para privatizarlas.
Nuestra respuesta debe ser blindarlas en la Constitución, para que nadie pueda recortarlas ni privatizarlas.
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4.- Acabar con el atraco de la vivienda.
En la última encuesta del CIS la vivienda es ya la segunda preocupación de los españoles. Pagar un alquiler o una hipoteca nos empobrece. Este año los alquileres han subido tres veces más que los salarios. Y todo apunta a que eso volverá a suceder en 2025.
Acabar con el atraco de la vivienda, un derecho básico, debe ser una de las prioridades.
Y la política del actual gobierno no es la alternativa que necesitamos. Por un lado el PSOE anuncia la creación de una agencia pública de vivienda, pero por otro activa la venta a grandes fondos de la promotora de la Sareb, regalándoles suelo público.
Debe imponerse un tope real a los alquileres, para que no superen el 30% del salario. Y construir un parque público de vivienda que actúe sobre los precios. Ahora la vivienda pública en España apenas supone el 2%, cuando la media europea está en el 10%.
Sin confundirnos sobre a quién nos enfrentamos. Los responsables del atraco de la vivienda no son “todos los caseros”, sino bancos, grandes constructoras y sobre todo mega fondos principalmente norteamericanos, que trafican con un bien esencial.