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Los problemas de EEUU no afectan el reinado del dólar

Estados Unidos fue el epicentro de la peor crisis financiera en los últimos 75 años. Su banco central, la Reserva Federal, está imprimiendo dinero a un ritmo de US$1 billón (millón de millones) al año. Su deuda fiscal es enorme y su sistema político es visiblemente disfuncional. El país representa una parte cada vez menor de una economía mundial en la que destaca el ascenso de China y otros mercados emergentes.

Se podría pensar que el reinado del dólar como la moneda suprema del mundo estaría llegando a su fin, o al menos que se ha vuelto vulnerable.

El economista Eswar Prasad, sin embargo, ofrece un argumento sorprendente: «La crisis financiera mundial ha fortalecido la prominencia del dólar en las finanzas globales». La divisa verde, predice, seguirá siendo la moneda de refugio global durante mucho tiempo. «Cuando el resto del mundo quiere seguridad», afirma, «no hay ningún otro lugar a donde ir».

Ni el euro ni el yen japonés son rivales viables. El yuan de China lo puede llegar a ser, pero no pronto. El gigante asiático carece de las instituciones jurídicas y de otra índole y de los mercados financieros sofisticados que hacen que la deuda del Tesoro de EE.UU. sea tan atractiva para tantos.

Prasad no es ningún ingenuo. Tiene un doctorado de la Universidad de Chicago y pasó 15 años en el Fondo Monetario Internacional, donde estuvo a cargo de la operación del organismo en China. Ahora divide su tiempo entre la Universidad de Cornell y Brookings Institution, un centro de estudios de Washington.

En un libro que se publicará en inglés en febrero, The Dollar Trap (algo como La trampa del dólar), Prasad sostiene que la dominación persistente de la moneda es una realidad «subóptima». No predice que el valor del dólar en euros, yenes, libras o yuanes vaya a aumentar inexorablemente. Al igual que otros economistas, ve el tamaño del déficit comercial de EE.UU. y estima que el dólar caerá en el largo plazo, aunque elude proyecciones sobre su trayectoria a corto plazo.

Prasad espera que China y otros países fijen los precios de sus exportaciones en sus propias monedas. El yuan recientemente superó al euro como la segunda divisa más utilizada en la financiación del comercio internacional, de acuerdo con Swift, firma que gestiona un canal financiero electrónico.

Pero como lugar seguro para guardar dinero, el dólar es más fuerte que nunca. La crisis financiera mundial «hecha en EE.UU.» fortaleció la posición de la divisa. ¿Por qué?

Los bancos de todo el mundo han recibido instrucciones de sus gobiernos de mantener activos seguros y fáciles de vender como medida de contingencia en caso de crisis futuras. Eso aumenta la demanda de bonos soberanos y EE.UU. emite más que cualquiera.

Los mercados emergentes también quieren activos más seguros. Hay cada vez más dinero dando vueltas por todo el mundo y entrando y saliendo de los mercados emergentes. Esto ha llevado a estas economías a tomar dos decisiones relevantes.

Las entradas de capital tienden a elevar las tasas de cambio y amenazar las exportaciones. Así que los gobiernos son cada vez más propensos a intervenir, es decir, frenar el alza de sus monedas mediante la venta de ellas a cambio de divisas extranjeras. Eso apuntala la demanda de dólares, que luego se invierten en bonos del Tesoro de EE.UU.

En segundo lugar, los países emergentes han decidido que es esencial contar con una buena póliza de seguro en caso de que se produzca una fuga de capital, lo que se traduce en la acumulación de reservas en moneda extranjera para ahuyentar a los especuladores y para demostrar que tienen los fondos para pagar a los acreedores internacionales. Eso también fortalece la demanda de dólares y de bonos del Tesoro de EE.UU.

Esta demanda se produce en un momento en el que los activos seguros son escasos. La Fed ha retirado del mercado US$2,2 billones (millones de millones) en bonos del Tesoro estadounidenses a través de su programa de compra de activos.

El euro tiene sus problemas y la deuda soberana de algunos miembros de la zona euro es a duras penas segura. Japón y Suiza tienen instituciones y mercados financieros fuertes, pero están presionando activamente a la baja el valor de sus monedas, lo que les resta atractivo como refugios de valor. «Todo el edificio de la estabilidad financiera global parece descansar sobre esta base frágil: si no es el dólar, y si no es la deuda del Tesoro de EE.UU., entonces, ¿qué?», escribe Prasad.

Entonces, ¿por qué esto es «subóptimo»?

Para EE.UU., señala Prasad, el apetito global por dólares mantiene las tasas de interés bajas y facilita la implementación de políticas fiscales insensatas orientadas a reducir el déficit actual, sin hacer mucho sobre el déficit futuro.

Para el resto, la dependencia del mundo del dólar hace que casi todas las economías sean muy sensibles a los movimientos (o expectativas de movimientos) de la Fed para aumentar o disminuir la oferta de dólares, mientras trata de dirigir la economía estadounidense.

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