Acceso a la vivienda en Cataluña

Los pisos que no se vendan los compra Montilla

Con esta medida, no está claro que se resuelva el problema del acceso a la vivienda, pero desde luego, las constructoras y las inmobiliarias no pierden dinero.

A consecuencia de la crisis, la venta de inmuebles ha descendido en Cataluña un 41%, 5 untos más que en el resto de España, se han vendido en los tres últimos meses en términos absolutos, 20 .109 viviendas menos que en el mismo trimestre del 2007. Esto se traduce en constructoras y promotoras agobiadas que no pueden hacer frente al pago de los créditos bancarias, cuando no se declaran directamente en quiebra por no poder vender sus construcciones. Durante la última década estas constructoras han amasado una cantidad ingente de dinero por medio de la especulación, construyendo muy por encima de la demanda del mercado y vendiendo las viviendas a unos precios desorbitados, beneficios que también han disfrutado las distintas administraciones públicas competentes (sobre todo Ayuntamientos) por plusvalías y comisiones cobradas por la cesión o venta de los terrenos y otros conceptos. Cuando estas constructoras se vienen a bajo, la Generalitat sale en su auxilio. La compra con dinero público de 500 viviendas es algo anecdótico si se tiene en cuenta el volumen de unidades a la que no puede dar salida el sector inmobiliario, pero abre una nueva vía, la de que los poderes públicos, con dinero de todos, compren los pisos que los especuladores no han podido vender, y demuestra la verdadera naturaleza del tripartito. En un tema tan delicado como la vivienda, ellos que se declaran tan de izquierdas, se ponen del lado de los propietarios de las constructoras, que han reducido sus ingresos; en lugar de ponerse al lado de los ciudadanos, que no pueden comprarse una vivienda. En lugar de reducir el precio del suelo y tomar otras medidas contra la especulación, o dar facilidades para que los jóvenes o las familias puedan tener su casa en propiedad, se pone a cuadrarles las cuentas a los dueños del sector inmobiliario; los dueños sí, porque con la crisis inmobiliaria se han perdido muchos puestos de trabajo, pero la Generalitat no habla de cómo los va recolocar, sólo se refiere a los “pobrecitos” constructores, que ya no venden sus pisos.

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