Las draconianas exigencias de las majors

Los piratas están en Hollywood

«El lobo de Wall Street» es el mayor taquillazo en los cines. Sin embargo, Cinesa y Kinepolis, las dos principales cadenas se niegan a exhibirlo. ¿Cómo es posible? La razón es que las exigencias de la distribuidora norteamericana son tan draconianas que convierten un taquillazo en una ruina. Lo que esto desvela es el poder sin lí­mites de las majors sobre los cines españoles.

Eventos como la “Fiesta del cine” o los “Miércoles del cine” han tenido un sonoro éxito en las taquillas. Ofreciendo una rebaja en el precio de las entradas han logrado récords de afluencia de espectadores.

¿Por qué no persisten en esta política? Literalmente, porque no pueden. «Un influyente exhibidor recuerda que España es el país que más porcentaje da a las majors yanquis»

Los elevados precios ahuyentan, en una época de recortes, a los espectadores. Pero es imposible para los exhibidores españoles mantener la rebaja de precios durante mucho tiempo.

La razón nos la ofrece uno de los propietarios de las cadenas de exhibición: “60% para la major norteamericana, 24% para impuestos y gravámenes y con el resto pagas tus impuestos, luz, empleados, alquileres… De 1.000 euros te quedan 160, la ruina”.

Un influyente exhibidor recuerda que España es el país que más porcentaje da a las majors yanquis: “En Francia la primera semana no supera el 50% y la media es del 40%. En Alemania un máximo del 45%… y aquí no podemos hacer nada porque lo prohíbe el Tribunal de la Competencia”.

Y además, las majors no solo distribuyen cine de Hollywood, sino también el español, como el caso de “Lo imposible” o la saga Torrente, distribuidos como cine español pero cuyos beneficios de taquilla se van a EEUU.

Este control monopolista del mercado les permite a las majors yanquis decidir qué películas permanecen en cartel y cuáles no. Hasta el punto de que películas españolas con éxito de taquilla se han retirado para dejar paso a subproductos norteamericanos.

Nos dicen que cuando nos bajamos ilegalmente una película de internet, somos unos piratas y perjudicamos al cine español. Pero resulta que los mayores piratas son las majors norteamericanas. Y a ellos no solo no los persiguen las leyes sino que los protegen.

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