SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Los patriotas de hojalata

Tras la victoria de Syriza empiezan asomar en nuestro país los de siempre, los patriotas de hojalata. La postura de Grecia es dura, contundente, saben lo que se juegan. Yanis Varoufakis, el flamante ministro de finanzas, lo dejó bien claro este viernes, “Grecia no reconoce a la Troika ni el acuerdo del rescate”, “el gobierno griego fue elegido con un programa que rechaza el actual programa de rescate y el pago de la deuda actual”, que asciende al 175% del PIB; “el Estado tiene viabilidad, pero lo que no tiene viabilidad es una deuda imposible de pagar”. La negociación ha comenzado, será a cara de perro, pero valdrá la pena. No queda otra opción.

Varoufakis, Tspiras y el nuevo gobierno griego, ya saben las consecuencias de las políticas impuestas por los acreedores: pobreza, hambre, desnutrición, miseria, desigualdad… Eso está pasando en nuestra querida Europa, y aquí, en España, también. Grecia no encabeza todas las listas de la vergüenza europea. Nuestro país lidera distintos rankings de la ignominia; nuestro país tiene una tasa de paro juvenil (51,8%) superior a la helena (50,6%); nuestro país presenta la tasa de paro U6 -aquella que recoge también la precarización- más alta del mundo (34%); nuestro país lidera el número de desahucios o familias expulsadas de sus hogares por impago; nuestro país, dentro de los países de la OCDE, se sitúa el segundo en el ranking de pobreza infantil; nuestro país….; nuestro país… ¿Y qué hace nuestro gobierno? Nada, nueva huida hacia adelante, practicar una genuflexión de antología ante nuestros acreedores, afirmar que España no es Grecia.

Rajoy, la nueva Merkel

Sin embargo hay algo todavía peor, España, junto a Portugal, encabeza y lidera el bloque de rechazo al nuevo gobierno heleno. Rajoy, la nueva Merkel. La razón no es beneficiar a la ciudadanía, la razón no es disminuir la pobreza y la miseria, la razón no es mejorar nuestro modelo productivo –tremendo el intento la huida hacia adelante vía deuda y construcción-, la razón…, la razón… La razón es otra, la razón es reconstituir el sistema existente con el objetivo de favorecer de manera permanente a la clase dominante, los más ricos, los intereses corporativos, los acreedores que asumieron riesgos innecesarios, los oligopolios,… La triste historia patria. Otra vez, la enésima vez.

Saben que si Syriza consigue los objetivos marcados por su ciudadanía, es decir, acabar con la asfixiante austeridad expansiva, aumentar el poder adquisitivo, mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, poner las semillas de otro modelo productivo, aquí, por mucho miedo que inculquen, se les acabó el chollo, perderán las elecciones, y hay mucho que conservar.

España ha sido utilizada como un conejillo de indias por aquellos que nos llevaron al abismo más profundo de nuestra historia reciente. Bajo el eufemismo de “reformas estructurales” se ha multiplicado como nunca la pobreza y miseria de nuestros compatriotas, a través de una reducción salarial y precariedad laboral extrema. Lo peor es que nuestros políticos lo saben, conocen los datos extraídos de los informes y análisis de Caritas, UNICEF, la ONU. Lo saben, lo saben, lo saben,… pero les da igual. Sus únicos comentarios son “por favor tengan caridad cristiana y no lo publiquen, no vayan a desanimar al personal”. ¡Qué cinismo!

Por qué España es vulnerable

Los datos de Contabilidad Nacional, de Cuentas Financieras, de Balanza de Pagos, los relativos a contratación y afiliación a la Seguridad Social de los últimos meses, sugieren un diagnóstico distinto al del gobierno. Viendo que sus recetas neoclásicas no generaban la tan cacareada mejora de nuestro aparato productivo, el actual ejecutivo inició, en plena burbuja en los mercados financieros, otra huida hacia adelante. El motor del crecimiento y del empleo es el consumo privado y el sector servicios, en un contexto de deflación y caídas de rentas salariales. Por contra, las cifras relativas a disponibilidades de bienes de equipo continúan débiles. La demanda interna crece, mientras que no se moderniza nuestro aparato productivo, empeorando nuestra competitividad. Dicho crecimiento se está financiando con más deuda pública, induciendo a su vez un aumento de la deuda externa neta, en niveles récord.

Lo único que ha mantenido a flote nuestra economía es la llegada de flujos de inversión extranjeros concentrados en operaciones especulativas. La razón, obvia, el bajo precio del activo correspondiente, bajo el paraguas de la “seguridad” aportada por los bancos centrales. Dicho de otro modo, la tremenda propensión al riesgo de los mercados financieros, variable no controlada por los gobiernos, es lo que ha evitado hasta ahora el derrumbe.

Sin embargo, el aumento de la aversión al riesgo en los mercados financieros ya se ha iniciado, y ha empezado la cuenta atrás. El abismo está ahí, al acecho, un montón de deuda –pública y privada- impagable; un empleo más precario que nunca; una reducción y debilitamiento de los programas de salud, educación y servicios sociales; una fuerza de trabajo insegura, amenazada, coaccionada; unos empresarios y emprendedores sometidos a la dictadura de quienes juegan con las cartas marcadas, manipulan el BOE a su antojo, se reparten prebendas, concursos; un país necesitado de un nuevo impulso tecnológico, de un nuevo modelo productivo, y no de nuevos pelotazos urbanísticos,……. Y detrás de todo, como razón fundamental el fracaso de las medidas de política económica implementadas por la ortodoxia bajo un diagnóstico incorrecto. Y me pregunto, ¿qué hará nuestro gobierno?

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