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Los paí­ses emergentes aprovechan el G20 para consolidar sus posiciones

Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, integrantes del grupo BRICS, cuyo nombre lo componen sus siglas y que de hecho representan a los países emergentes, aprovecharon la reunión de los 20 estados más influentes en San Petersburgo para consolidar sus posiciones frente a los llamados estados desarrollados.

La economía mundial marca las posiciones de estos dos grupos, presentes en el seno del G20.

En los últimos tres años los integrantes del BRICS se desarrollan a un ritmo promedio de un 4,11 por ciento anual, contra un 1,37 por ciento de los países desarrollados.

Las reuniones mantenidas por los líderes del BRICS dejaron patente su temor a posibles medidas económicas unilaterales por parte de Estados Unidos, orientadas a suavizar la política de austeridad financiera, y su propósito de proseguir la creación de sus propias instituciones financieras internacionales, llamadas a complementar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de Reconstrucción y Fomento y hasta a competir con ellos.

A juicio de los expertos chinos, cuyas posiciones son más evidentes por cuanto Rusia en este G20 cumplió las funciones de anfitrión, la caída generalizada de los ritmos de crecimiento este último año, atizó los debates económicos entre los líderes de las principales economías mundiales.

No faltan analistas para quienes parece evidente que mientras la amenaza de crisis se cernía sobre todos Estados Unidos, aunque fuese a regañadientes, aún accedían a coordinar sus acciones con el resto del G20, pero ahora, cuando ya se perfila la salida de la crisis y con ella la oportunidad de adelantarse a los demás, se impulsa la idea de esa suavización de las medidas anticrisis.

En este rechazo coinciden con el BRICS otros países emergentes, presentes en el G20, como Argentina e Indonesia.

Las crecientes divergencias quedan aún más patentes respecto a la creación del Banco de Desarrollo y el pool de reservas de divisas del BRICS.

Tras la reunión de los cinco, Putin anunció en San Petersburgo la creación del Banco de Desarrollo con un capital fundacional de 50.000 millones de dólares y del Pool de Reservas de Divisas, con un capital acordado de 100.000 millones de dólares.

Los observadores destacan que los nuevos organismos no solo serán análogos al Fondo Monetario internacional y al Banco Mundial, también podrán convertirse en su alternativa.

Al mismo tiempo, en el G20 los países emergentes plantearon una revisión de su influencia de acuerdo a su aporte y peso en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y la Declaración Final del G20 recogió el compromiso de llegar al acuerdo sobre las cuotas para enero del próximo año.

Se trata de que en junio de 2012 los países del BRICS aportaron al FMI 75.000 millones de dólares, lo cual debe repercutir en más votos dentro del Fondo.

Ello significará que perderán votos e influencia los llamados países desarrollados, lo cual signific

Sin embargo, como los países del BRICS han aportado dinero al FMI pero por ahora no han recibido a cambio más capacidad de decisión e influencia, nació la idea de crear sus propios mecanismos financieros.

Curioso sería que ahora se consiga la redistribución de cuotas a favor de los países emergentes en los organismos financieros internacionales y, a la vez, creen análogas instituciones propias.

En cualquier caso, el resultado de la crisis global que comenzó en 2008 podría ser el cambio sustancial de la influencia en el mundo venidero.

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