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Después de ellos: La Excepción, 7 Notas 7 Colores, SFDK, Ari, Los Violadores del Verso… pero ellos sentaron cátedra y ahora vuelven para reivindicarla. El Club de los Poetas Violentos sonaban cuando nadie parecía escuchar. La realidad es que todo un mundo de versos hirientes y alma cañí se escondía detrás de cada esquina de la mayoría de barrios populares de cualquier ciudad española. Como setas han surgido y de calidad reconocida. De momento en Pinto el 8 de agosto y el 12 de septiembre en Barcelona.
El Meswy, Jota Mayúscula, Kamikaze, Mr. Rango, Paco King, Suernafamacho y en su primer disco Frank T. forman CPV. Primero fue un tanteo de maqueta llamada “Tribunal”, que nació de un disco recopilatorio en el que varios grupos de hip hop español interpretaban temas de éxito del rap importado. Pero pronto apareció “Madrid Zona Bruta” quizás el mejor – y no por ser el primero – disco de hip hop español que se haya editado. Con una mezcla de rimas secas, fraseos con pretenciosa literatura y amagos de raggamuffin’, CPV saltó a escena dejando boquiabiertos a todo el panorama musical que desconfiaba de lo transitorio de la intentona. Todo quedo en éxito rotundo. Ya no había vuelta atrás. Llegaron a actuar de teloneros de Rage Against de Machine rompiendo todas las expectativas y congregando a más de cuatro mil personas. Como si de un pistoletazo de salida se tratase, la irrupción de CPV con dos discos más “La saga continua” y “Grandes Planes”, despertó la iniciativa de rapperos y rimadores por toda la geografía. Fueron los primeros en grabar un video-clip de hip hop en español y tras su separación, cada uno de ellos se ha convertido en un auténtico embajador de la rima quijotesca, del “porque me da la gana”. Al fin y al cabo fue así como nació el movimiento musical en España, sin razón aparente aunque al amparo de los grandes como Public Enemy. "Nuestra intención no era vivir de esto, era enseñarle a la peña lo que es el hip hop de verdad. Fuimos los primeros cabezones en decir: nosotros vamos a sacar un disco por nuestros cojones” Así desbrozaron el camino. La imagen de matones, el rechazo a las letras, la restricción de la distribución y los escenarios… fueron los que, prácticamente aprendieron enseñando y creando a su alrededor todo lo necesario para que la escena hip hop creciese. Antes del 2000 se disolvieron sin quererlo, antes incluso de hacerlo público. Ellos mismos explican que quisieron darse un respiro, cada uno empezó a dedicarse a lo suyo y el grupo quedó en el referente que hasta hoy ha sido. El próximo 8 de agosto actúan en Pinto en festival Veinticuatro7… diez años después, y en el festival Hipnotik de Barcelona, el 12 de septiembre. Hay quien todavía no se lo cree, pero ellos dicen que no es un “juntarse por aquello de recordar”, piensan seguir de gira. Seguramente mantenerse juntos, los seis, es también un mérito. No son solo seis músicos, son seis rimadores, seis rapperos, seis protagonistas que deben compartir escenario. El resultado salta sin parar de neurona en neurona, combinando texturas, tonos de voz y estilos, y aportando una riqueza a cada tema absolutamente única. En alguna ocasión han grabado con otros rapperos, elevando el reto a más de seis… vibrante.