Cargando...Gracias a las movilizaciones llevadas a cabo por los ganaderos que se intensificaron estos últimos meses, éstos han conseguido una subida del precio al que venden la leche desde el próximo agosto según un compromiso firmado por el sector ganadero, las industrias lácteas y los grandes grupos de distribución. Pero ese mismo acuerdo incluye condiciones que van a suponer subidas de los precios al consumidor. Porque estas aparentes negociaciones llevadas a cabo en presencia de representantes del Gobierno y con su aquiescencia, están trucadas por la intocabilidad de los altísimos beneficios de las grandes distribuidoras.
Mientras ara los ganaderos, la subida de los precios en origen consistiría en pasar de unos precios medios en los últimos meses de entre 0,27 y 0,29 euros litro a un mínimo de entre 0,31 y 0,32 euros litro. Para los grandes grupos de distribución, que han llegado a adquirir leche a menos de 0,20 euros litro, ejerciendo una presión a la baja que les permitía tener un extraordinario margen de beneficio y que suponía una grave amenaza para el sector lácteo español, todo consiste en trasladar la subida a los consumidores sin tocar sus elevadísimas ganancias. Es una manifestación más del control monopolista que imponen las grandes distribuidoras europeas en el sector español de alimentación.Así, una vez los grandes grupos comerciales han obtenido pingues beneficios con las “marcas blancas” en la venta de leche, permitiéndose en España unos precios muy bajos respecto a las marcas de fabricante, van a “homologarse” con los otros países comunitarios y reducir al mínimo la diferencia de precio, abusando otra vez de los consumidores con subidas indiscriminadas de precios.Hay que acabar con estos privilegios monopolistas por los que nunca se recortan sus inmensos beneficios. Deben fijarse precios mínimos para los productos agrarios en origen. No sólo no pueden ser menores que los costes sino que deben permitir la obtención de una mínima ganancia. Deben fijarse precios máximos de los productos en su venta, evitando los movimientos especulativos de los grandes monopolios europeos de la distribución comercial. Porque estos monopolios, como sanguijuelas bicéfalas, chupan de los ganaderos y de los consumidores.