Estos meses de cierre de quirófanos y camas, para reducir la oferta sanitaria durante un verano que lleva durando cuatro meses, ha dejado en stand by las listas de espera. Aquellas patologías que podían esperar sin riesgo grave para la vida del paciente se quedaban esperando. Sólo las urgencias, las neoplasias (cánceres) y los problemas cardiovasculares han tenido prioridad. «Pero esas listas prioritarias empiezan a tener demasiadas personas, demasiado tiempo sin ser operados, porque no hay dónde», indica el presidente de la Societat Catalana de Cirugía Cardiaca, Albert Miralles.
La actividad quirúrgica en grandes hositales se ha reducido un 20% de promedio en todos los servicios. "Nos creíamos blindados, pero no está siendo así", indica el cirujano.Según los datos que han recogido los cinco equipos de cirugía cardiaca que existen en la sanidad pública catalana, todos ellos han pasado de operar valvulopatías o puentes coronarios en menos de dos meses a hacerlo en tres y medio y en algún caso, cinco meses. "En estos momentos hay más de 500 pacientes en lista de espera que debían ser operados ya, y va a ser muy difícil recuperar esa cifra. Habrá que plantear al Departament de Salut nuevas medidas de priorización de pacientes. Habrá que dejar fuera a los que menos beneficio obtengan".También la cirugía de tumores engorda de forma progresiva las listas de espera. Uno de los cirujanos de la junta de representantes creada en Bellvitge para el seguimiento de los recortes explica que la semana pasada había 26 pacientes listos para operar su cáncer de hígado, 2 de cáncer de páncreas, 7 de esófago y estómago, 22 de colon y recto, 10 de tiroides y 19 casos de neoplasia pendiente de angiorradiología. De todos ellos pudieron atender a 10. De 86. "La operación a menudo es una de las etapas del tratamiento. Por ejemplo, en el hígado, a veces se le hace crecer la parte que se va a dejar tras quitarle el tumor. Y eso hay que hacerlo el día que está listo. Ahora llega ese día y no hay quirófano. Se ha roto el tratamiento", explica el especialista."La angustia es enorme. Estamos perdiendo años de vida (habla de sus pacientes) y posibilidades. Hemos pasado de no poder ir a comer para cumplir con las colicestomías previstas a ni siquiera hablar de ellas, porque no hay opción de operarlas. Si las operas en menos de tres meses evitas infecciones, pancreatitis y sufrimiento". De los sueldos no han comentado nada.