Se elevan a 46 millones los habitantes de España

Los inmigrantes hunden sus raí­ces en España

El Instituto Nacional de Estadí­stica ha hecho público el nuevo padrón municipal, que sustituye al que estaba en vigor hasta ahora, fechado en enero de 2007. El padrón municipal no ha dejado de crecer en los últimos años. Los nuevos datos, fijados en enero de 2008, muestran que la población del paí­s ha crecido un 2,12%, lo que supone un total de 957.085 personas, hasta un total de 46.063.511 habitantes.

En este censo, 11,3% son de origen extranjero, un orcentaje sensiblemente superior al del padrón anterior que era del 9,3%. Siendo Cataluña, Madrid y Valencia las comunidades que acogen más extranjeros.La llegada de población inmigrante en edad de trabajar ha repercutido en las afiliaciones a la Seguridad Social, hasta el punto que cerca de un 45% de las altas registradas entre el 2001 y 2005 correspondieron a trabajadores extranjeros, y por tanto su contribución al crecimiento del PIB en este quinquenio es de un 3,1% medio anual, lo que resulta muy favorable. Además, el bajo porcentaje de su población dependiente, mayores de 65 años y menores de 15, es del 18,98% para el colectivo extranjero y del 30,83% para la población general, esto hace que la aportación de manera neta a la caja del Estado es superior en los extranjeros que el de la población nacional.Por otra parte, el empleo extranjero se ha concentrado principalmente en sectores donde la oferta de mano de obra nacional resulta escasa (construcción, hogar, hostelería, agricultura, etc Los auténticos beneficiarios de la inmigración han sido los empresarios y las distintas oligarquías. Ya que el aumento de los beneficios no se ha invertido en mejorar el ciclo productivo. Los nuevos ciudadanos han aportado más de un tercio del crecimiento económico de este país. Han generado superávit para los presupuestos públicos y han dinamizado la demanda de diversos sectores económicos. Han impulsado la demanda de bienes y serviciosLa inmigración es intensamente beneficiosa para los países receptores. Pero su aporte a las regiones de acogida tiene su contrapunto en la descapitalización humana de los países de origen. La inmigración es un fenómeno positivo. La suma de sus ventajas es, a diferencia de lo que los gobiernos de la UE nos quieren hacer creer, muy superior a los peligros que ellos proclaman, achacable sobre todo a su mala gestión. Hay enriquecimiento cultural mutuo. Las condiciones de vida de muchos de ellos se ven mejoradas. La tolerancia se pone a prueba y se afianza.Lo que tenia que preocuparnos, es do lo que nosotros pediríamos para nosotros mismos en circunstancias parecidas, de que quien llegue a nuestro país pueda tener acceso al conocimiento de las nociones básicas para la convivencia en la sociedad española, y de que, ellas mismas sean las que decidan el grado o la intensidad con la que quieran llevar su participación social o integración, sin que en ningún momento tengan que renunciar a su cultura, siempre que no se enfrenten a la legalidad del lugar de acogida.

Deja una respuesta