La desastrosa situación humanitaria en la Franja

Los gazatíes ven como se ignoran su voz… y sus necesidades humanitarias

"El plan no está diseñado para traer justicia, ni tampoco paz”, denuncia Nermin Basel, una gazatí madre de tres hijos

Escepticismo, desconfianza y amargura. Así han reaccionado -según cuenta Maha Hussain, corresponsal en Gaza de Middle East Eye- los palestinos a la resolución de la ONU, impulsada por EEUU, que autoriza la gobernanza y la presencia de fuerzas extranjeras en el territorio devastado por la guerra.

Tras más de dos años de genocidio israelí , la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza son desplazados internos y carecen de acceso a necesidades básicas como alimentos, vivienda, electricidad y servicios médicos. Muchos esperaban que la ONU ayudara a aliviar la devastadora crisis humanitaria en el enclave.

Sin embargo, la aprobación el lunes de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU redactada por EEUU demostró que las necesidades de la población aún no son la prioridad. La resolución 2803 condiciona la recuperación de Gaza a la política y deja sin atender necesidades humanitarias urgentes.

“Más de un millón de personas necesitan refugio, e incluso los suministros más básicos siguen estando bloqueados por Israel”, dice Abu Malek Jerjawi, un gazatí. “El Consejo de Seguridad debería haber priorizado la reconstrucción y la expansión urgente de la ayuda humanitaria», pero en vez de eso y las subordinó a consideraciones políticas al vincular la reconstrucción con el desarme. Legitimar esta conexión entre las necesidades humanitarias y las condiciones políticas es un desastre”.

Los satélites de la ONU muestran que aproximadamente el 81% todas las estructuras en la Franja de Gaza han sido destruidas o dañadas durante más de dos años de conflicto. Naciones Unidas ha registrado 123.464 edificios destruidos, 17.116 gravemente dañados, 33.857 moderadamente dañados y 23.836 posiblemente dañados, un total de 198.273 estructuras afectadas.

Como resultado, la mayor parte de la población de Gaza vive ahora en refugios temporales, incluyendo tiendas de campaña improvisadas, escuelas y viviendas gravemente dañadas.

«El plan no está diseñado para traer justicia, ni tampoco paz. Parece un intento de borrar nuestra lucha. Anunciar un plan de paz sin nuestra participación sugiere que nuestras voces no importan», dice Nermin Basel, una gazatí madre de tres hijos, que subraya que solo puede confiar en cualquier plan internacional si garantiza que los palestinos desplazados podrán regresar. “Sin poner fin a la ocupación y garantizar nuestros derechos, estos planes se convierten en herramientas para debilitar nuestra identidad y nuestro reclamo sobre nuestra tierra.”

“Irnos nunca fue nuestra opción, pero quedarnos significaba una muerte segura”. “Cualquier plan para poner fin a la guerra y mejorar la situación debe garantizar que podamos regresar. De lo contrario, ¿cómo podemos confiar en los esfuerzos por crear la paz si no estamos allí para vivir en ella?”, dice Basel.

Antes de que las fuerzas israelíes tomaran y cerraran el lado de Gaza del cruce de Rafah en mayo de 2024, se estima que entre 100.000 y 115.000 palestinos habían abandonado Gaza desde que comenzó la guerra en octubre de 2023.

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