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Los extranjeros entran en la banca española

Hacía muchos años que no se veía entrar tanto dinero extranjero en el sector bancario español, un sector que ha tenido a gala durante muchos valerse por sí solo e incluso desarrollar ambiciosos e importantes planes de expansión en el exterior. En banca, España ha sido bastante más exportadora que importadora en los últimos lustros, aunque algunos bancos domésticos han intentado tarde, y siempre mal, una expansión exterior de la que han tenido que retractarse casi de inmediato, con pérdidas no pequeñas. En paralelo también ha habido salidas de capitales extranjeros del sector. Los franceses de Crédit Agricole se han ido de Bankinter y algunos otros inversores, entre ellos el portugués Amorim, han abandonado sus posiciones en el Popular. Lloyds ha vendido activos y otro tanto han hecho algunos otros.

Estos días han entrado partidas importantes, o cuando menos significativas, de dinero foráneo en sendos bancos españoles, en el Sabadell y en una filial de la antigua caja gallega NovaGalicia, reconvertida a la fuerza en banco con dinero del Estado, que es ampliamente mayoritario. Una filial de este banco nacionalizado, Evo, creada hace poco con la red no esencial del banco, ha sido vendida a un fondo extranjero, con escasa pericia acreditada en la gestión bancaria, lo que significa que posiblemente el comprador sea un inversor de paso.

Queda pendiente la subasta de la casa matriz, NovaCaixa Galicia, que el Gobierno trata por todos los medios de endosársela a una entidad española de primera fila, pero con escaso éxito, ya que los eventuales compradores piden altas sumas de dinero por hacer el favor. Otro tanto sucede con Catalunya Banc, la antigua Caixa de Catalunya, por la que casi nadie parece estar interesado, a menos que el Gobierno otorgue importantes ayudas financieras. En los dos casos, el banco gallego y el catalán, ambos nacionalizados, está en pie la posibilidad de inversores extranjeros, pero también exigen altas sumas.

La entrada de accionistas extranjeros en el Sabadell ha sido, en todo caso, la nota destacada de esta reciente ofensiva del dinero extranjero. Se venía rumoreando en medios financieros que el Sabadell andaba estirado de recursos, hipótesis que se había acelerado como consecuencia de las numerosas operaciones de compra en la que se ha embarcado la entidad pero sobre todo, a causa del fiasco de la compra de la CAM, en donde el quebranto de la caja alicantina habría sido subestimado, causando un importante agujero en el banco catalán.

Dicen que la compra de la CAM, una de las antiguas cajas de ahorros del Levante español con fuertes niveles de morosidad derivada da su excesivo compromiso con el sector inmobiliario de la costa, no estuvo bien calculada y no se adoptaron las cautelas debidas. O sea, que se pidió al Frob y al Banco de España menos dinero del que hubiera sido deseable para que la compra resultase provechosa para el crecimiento de la entidad.

La razón por la cual el Sabadell ha recurrido a accionistas foráneos de tan poca familiaridad con el mercado español en vez de haber lanzado sus redes en el mercado doméstico, incluso en el sector empresarial catalán, en donde el Sabadell tiene notable ascendencia, es un misterio. Posiblemente lo hizo sin la suficiente fortuna, aunque la cuantía de la inyección de capital que han realizado los accionistas colombiano y mexicano, apenas 600 millones de euros, no está fuera del alcance de un pequeño grupo de notables catalanes. Habrá que ver hasta dónde llega el poder de los recién llegados al capital en el Banco Sabadell.

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