Con el sistema actual, un estudiante de Medicina, al acabar el grado, realiza el examen MIR y en función de la nota obtenida elegirá especialidad y hospital dónde realizarla entre los disponibles en el territorio español. El primer y segundo año rotas por todos los servicios del hospital antes de incorporarte al servicio especializado definitivo, en el que permaneces hasta que acabas la residencia, de un total variable entre 3-5 años.
¿Qué es la troncalidad?
Una reestructuración de la formación especializada en Medicina. Supone distribuir las especialidades en 5 troncos comunes (médico, quirúrgico, laboratorio y diagnóstico clínico, imagen clínica y psiquiatría). Los troncos, a los que accedes con la nota del examen MIR, durarían un mínimo de 2 años y en ellos se obtendrían únicamente competencias propias del mismo (eliminando las rotaciones que ahora existen entre todos los servicios, por ejemplo). Al acabarlo, te lo evalúan y si la evaluación es positiva puedes acceder a una especialidad de dicho tronco. Si la evaluación es negativa, hay ue repetir el tronco desde el principio, con posibilidad de quedar fuera del sistema si suspendes en 3 ocasiones.
Además, hay especialidades que se han quedado sin tronco (como pediatría, oftalmología u obstetricia y ginecología) y no se sabe qué sucederá con ellas ni cómo se regularán.«El objetivo de la reforma es limitar el acceso a la formación especializada en Medicina y conseguir mano de obra barata»
Hay muchas razones que nos llevan a rechazar esta reforma. Entre ellas: no mejora la formación con respecto al sistema actual, al contrario, la empeora dando una visión menos global y multidisciplinar; no se sabe cuántos años estaremos especializándonos, sólo se establecen mínimos pero no máximos; no se dice nada acerca de los salarios del residente (actualmente, por ejemplo, se contempla un aumento de sueldo a partir del 5º año de residencia); limita mucho el paso del estudio de una especialidad a otra de troncos distintos, aunque estén muy relacionadas.
Es una reforma que provocará que el médico en formación vea comprometidas cosas tan vitales como su estabilidad económica, laboral y familiar, y todo por unos dudosos beneficios.
¿Por qué esta reforma?
El supuesto objetivo es “adquirir una visión global y multidisciplinar de la medicina”. Una nueva demostración de demagogia en la que no se es fiel a la realidad. El objetivo real no es otro que limitar el acceso a la formación especializada en Medicina. Hay demasiados estudiantes de Medicina para las plazas reales que luego hay disponibles en el sistema sanitario. Una situación que no se debe a que la universidad pública oferte más plazas de las realmente solicitadas por nuestra sociedad, sino al incremento desproporcionado de facultades de Medicina en la universidad privada y su falta de regulación. El gobierno prefiere complicar la formación especializada antes que tocas los intereses de las privadas. Es un paso más para intentar deshacer todo aquello por lo que tanto se luchó, como el Sistema Nacional de Salud, la educación pública y de calidad o el sistema de pensiones.
Médicos precarios, peor calidad sanitaria
Hay otro objetivo secundario pero no por ello menos importante: conseguir “mano de obra” barata a partir de médicos con una buena formación, con graves consecuencias para los ciudadanos si se lleva a cabo esta reforma.«Empeorar la formación de las personas que velan por la salud de toda la sociedad tiene un coste en vidas y no de euros»
Convertir a los futuros médicos en “mano de obra barata”, precaria e insegura no sólo es injusto, además empeorará la formación del residente. Hablamos de los médicos, de las personas cuyo trabajo consiste en velar por la salud de toda la sociedad, cuyos errores y aciertos se traducen en costes de vidas y no de euros. Un empeoramiento en su formación se traduce de forma directa en un inevitable empeoramiento de la calidad de asistencia. Esto no sólo afecta a los futuros médicos, sino que nos afectará a todos, y es algo que no debemos permitir. Tenemos que luchar para frenar esta reforma, seamos futuros médicos o pacientes.
Los estudiantes ya se están movilizando, como en la manifestación del pasado 5 de abril en Madrid, donde se reunieron más de 8.000 estudiantes.
En palabras del CEEM, los estudiantes de Medicina “luchamos por nuestra futura formación, por nuestros futuros pacientes, por la futura calidad asistencial, por nuestro futuro: el futuro de la Medicina.”