Un tercio de los asistidos por Cáritas este año son nuevos pobres

Los estragos de la crisis

El balance de la actividad de Cáritas en Barcelona y su área metropolitana durante 2009 arroja un resultado demoledor. Pone rosto a las muchas historias individuales quebradas a causa de la crisis. Más de un tercio -concretamente un 36%- de los que acudieron a esta ONG en busca de ayuda, esperando recibir la alimentación básica que ya no pueden conseguir por sí­ mismos, lo hací­an por primera vez. Son nuevos pobres que sufren especialmente la crisis.

Los asistidos or Cáritas se incrementaron un 84% -casi el doble- durante el año pasado. Y se espera cerrar 2009 con un triste récord de atendidos.El perfil de los “nuevos pobres de la crisis” es una radiografía del expolio al que nos someten. Por un lado una parte de la clase obrera inmigrante, hiperexplotada durante los años de bonanza y ahora escupida como material inservible. Trabajadores que, condenados a un paro crónico, no cuentan con el colchón de la ayuda familiar.Pero también encontramos, por primera vez desde hacía mucho tiempo, a familias con hijos entre los que acuden a Cáritas. Este grupo es el que más solicitudes formuló.Son las familias entrampadas durante los buenos tiempos en hipotecas y créditos, cuyos pagos -que la banca no perdona- no pueden hacer frente al caer en el infierno del paro o ver como su pequeña empresa o comercio ha quebrado.Es el caso de Emilio, de 46 años, un pequeño empresario que tuvo que cerrar su negocio en 2008. Se dedicaba al transporte de piezas de automóviles por Europa y la crisis le tocó de lleno. Padre divorciado y con tres hijos -dos adultos, también en paro, y otro de seis años-, recibe desde hace seis meses un subsidio que no le llega para pagar sus deudas y alimentar a su familia.Mientras se entrega un tercio del PIB a la gran banca en forma de planes de rescate -pagados con el dinero público, es decir con nuestro dinero- o la casta política dila pida con un escandaloso despilfarro los recursos públicos, familias enteras de trabajadores o pequeños comerciantes son arrojados al infierno de la beneficencia.Esta es la “política social” que imponen Zapatero o Rajoy.

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