Burbuja inmobiliaria, hiotecas y crisis se conjugan en una familia de Tudela para materializar las consecuencias que muchas familias sufren en todo el país y que en este caso les ha llevado a tener que dormir en el coche. Se trata de Pedro Laplaza, que con su hija Sara y su nieto se ven pagando hipoteca, en paro y con la casa en ruinas.Casas hechas mal y pronto para sacar el máximo beneficio, pagado con hipotecas desmesuradas y que al tiempo presentan desperfectos grabes que en este caso se han manifestado con el derrumbe de parte de la vivienda. El derrumbe se produjo el pasado día doce, y tras pasar la noche en casa de un familiar, se dirigieron al servicio de Bienestar Social del Ayuntamiento de Tudela donde les proporcionaron alojamiento en un hotel, pero la situación de paro y una deuda en concepto de guardería que esta familia tiene con el Ayuntamiento ha producido la decisión del Consistorio a declarar que esta familia les sale muy cara y que no se hacen cargo del alojamiento de la misma. Mientras las compañías de seguros no se ponen de acuerdo, y la familia se ha visto obligada a hacer del coche su refugio cuando cae la noche, el niño de tres años es atendido como buenamente pueden, mientras siguen pagando hipoteca, la única esperanza que les dan es la vía judicial, y en espera de una solución duermen cada noche en el coche aparcado en una calle céntrica de Tudela. La preocupación principal de esta familia es el cuidado del niño, y esperan que se les pueda dar una solución para poder tener a este niño en unas condiciones que puedan garantizar su cuidado. Así se ven, en paro, pagando hipoteca y en la calle, con hipoteca y sin lugar donde refugiarse, mientras las compañías de seguros siguen con sus procesos largos y burocráticos y el Ayuntamiento ha decidido ya que no se hace cargo de la situación. Son las consecuencias de la crisis, las reales, las que se viven en cada pueblo, en cada ciudad por muchas familias que se ven en una situación de desprotección total mientras Zapatero farda de sus maravillosas medidas anti crisis y da 240.000 millones de euros a la banca. La situación social empieza a salir a la superficie mientras se intenta tapar con medidas que no sirven para solucionar la crisis en beneficio de la gente, con unos datos económicos que se equiparan a los de los años 70, los políticos ponen pequeños parches que no llegan a los que realmente lo necesitan, y se lavan las manos mientras la gran banca saca sus esperados beneficios. Una crisis que los políticos dejan en el simple papel, en el dato y en la medida, para no profundizar demasiado por si sale a la luz la situación en la que las familias se encuentran cada día.