Selección de prensa nacional

Los colores de Obama

Tras los almibarados recibimientos y los desorbitados elogios que la prensa nacional dedicaba ayer a la toma de posesión de Obama, al menos podemos encontrar hoy reacciones en la prensa autonómica y digital que empiezan a señalar la sustancia y los lí­mites de lo que se puede esperar del presidente de una superpotencia hegemonista

Así, El País ublica hoy un articulo de Cristovan Buarque, senador brasileño, donde afirma que no basta con ser el primer presidente negro de la historia de EEUU. Que también tiene que ser “verde”, es decir comprometido en la contención del cambio climático, “rojo”, en el sentido de luchar por erradicar la pobreza tanto en el interior de su país como en el mundo, y “blanco”, esto es, un hombre de paz que deje de lado la arrogancia imperialista de EEUU que ha provocado tantos “antagonismos, injusticias, falta de respeto hacia las soberanías de muchos pueblos y (…) sistemas autoritarios”. Significativo, sobre todo, por venir de donde proviene: un dirigente político de una de las actuales potencias emergentes en el mundo (Brasil), que si en el pasado fue poco más que un juguete en manos de las grandes potencias imperiales (rimero Inglaterra, después EEUU), ahora parece empeñado en desarrollar su propio proyecto autónomo.La posición de El Correo Gallego, por su parte, es tan sencilla como clara: “En la intervención del nuevo inquilino de la Casa Blanca hay una reafirmación de la hegemonía americana, cambiando el estilo y manteniendo lo fundamental”. Como remacha el mismo periódico, “una obviedad que lo resume todo”. Pues parece ser que, a tenor de las reacciones de la mayoría de los medios de comunicación y de la clase política, o no es tan obvio o no les interesa que lo parezca.Lorenzo Contreras en Estrella Digital, saca las aparentes similitudes entre el programa de Obama y el de FD Roosevelt en los años 30. Multimillonarias inversiones de dinero público en ambos casos, pero que como recuerda muy oportunamente no sirvieron para salir de la Gran Depresión. Tuvo que llegar la IIª Guerra Mundial para que la economía norteamericana se recuperara de la crisis. Lo que que da pie al autor para advertir de las amenazantes turbulencias que ensombrecen el panorama de “un mundo potencialmente capaz de abrirle un horizonte de guerra de proporciones insospechables”. Para concluir que Obama asume la presidencia “en uno de los momentos más difíciles y peligrosos de la historia del mundo”, lo que pone su carisma en peligro y le hace correr el riesgo de ser “una fantasmal aparición en el horizonte de un sueño febril”. LOS COLORES DE OBAMA Cristovam Buarque*Barack Obama ya ha entrado en la historia como el primer presidente negro de Estados Unidos. Sin embargo, ni Estados Unidos ni el propio Obama han tenido aún la oportunidad de demostrar al mundo que nos hallamos ante el primer presidente norteamericano del siglo XXI.Para ello, para ser el primer presidente del siglo XXI, Obama tendría que realizar una serie de profundos cambios en la política y en el comportamiento de Estados Unidos.El primer punto de inflexión consistiría en situar la preocupación por el medio ambiente en el centro del debate y de las decisiones en lo que atañe a la economía, la sociedad, la ocupación de la Tierra por los norteamericanos y demás ciudadanos del mundo. Sería preciso empezar por firmar el Protocolo de Kioto, rechazado hasta hoy por Estados Unidos. Pero sin quedarse ahíLa preocupación social por la pobreza es un segundo punto de inflexión imprescindible para hacer de Obama un presidente del siglo XXI. La actual marcha de la economía, carente de compromiso social alguno, ha de ser reorientada hacia una economía comprometida con la reducción de la pobreza. El presidente del siglo XXI, además de negro y verde, deberá ser rojo también (…)El abandono de la postura de arrogancia imperialista que ha caracterizado a Estados Unidos desde finales del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX también habrá de ser activado. Especialmente a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos pasó a verse como el portador del destino de la humanidad e intentó apropiarse al máximo de los mercados y recursos de los demás países, influyendo para hacer de cada uno de ellos una parte de la economía norteamericana. Además de provocar antagonismos, injusticias y falta de respeto hacia las soberanías de muchos pueblos, Estados Unidos terminó por crear y apoyar sistemas autoritarios. Incluso en países democráticos generó desigualdades aún más formidables que las que había anteriormente.Sobre todo, se impidió a estos países, en especial en Latinoamérica, la búsqueda autónoma de sus propios rumbos, conforme a sus recursos y a su voluntad política. En tal sentido, el presidente del siglo XXI además de negro debe tener también el color blanco de la paz. Como muestra, tendría que acabar con medio siglo de bloqueo y sabotaje en relación a ciertos países, de los que Cuba es ejemplo y símbolo (…)*Senador de la República de Brasil EL PAÍS. 22-1-2009 EL DISCURSO DE UN PRESIDENTEHay obviedades que, a pesar de serlo, resumen mejor que nada un acontecimiento tan histórico como el que ayer tuvo lugar en Washington. El momento central de la grandiosa ceremonia fue el primer discurso que, como presidente de los Estados Unidos, Obama dirigió a su país y al mundo. Fue el discurso de un presidente americano. Demócrata, muy diferente de Bush, enemigo declarado de la versión del capitalismo que tuvo su apoteosis en la etapa republicana, defensor de la paz, pero americano por los cuatro costados. En la intervención del nuevo inquilino de la Casa Blanca hay una reafirmación de la hegemonía americana, cambiando el estilo y manteniendo lo fundamental. En su primer mensaje presidencial, Obama muestra a los Estados Unidos como portador y garante de valores universales.En suma, el mundo ha podido escuchar un discurso sumamente patriótico, donde la ruptura con la etapa anterior es matizada y prudente.Fue el discurso de un presidente americano. Una obviedad que lo resume todo.EL CORREO GALLEGO. 21-1-2209 OBAMA, UN CARISMA EN PELIGROLorenzo Contreras(…) Barack Obama ha prometido "dejar Iraq, de manera responsable, en manos de su pueblo, y forjar una merecida paz en Afganistán". Pero su mayor compromiso tiene que ser por fuerza rescatar a Estados Unidos, y con él a gran parte del mundo, de la trampa mortal de la gran crisis económica en que todos estamos sumidos. Pero, ¿cómo? Roosevelt aprovechó la II Guerra Mundial para liquidar los efectos de la Gran Depresión del 29. Es decir, hizo de la guerra una ocasión para la huida de la crisis mientras acababa con los regímenes totalitarios que disputaban a Norteamérica la hegemonía política en el mundo. Obama afronta, en cambio, el reto de remodelar y normalizar la economía internacional con proyectos democráticos fabricados a base de generosas concepciones ajenas a la violencia, intentando abrir una era de armonía en un mundo convulso, si las circunstancias se lo permiten (…)Tiene frente a sí un mundo potencialmente capaz de abrirle un horizonte de guerra de proporciones insospechables. Pero se trataría de una guerra muy distinta de la que Roosevelt tuvo que ganar.(…) Si esa tragedia sobreviniera, en un mundo en el que las armas nucleares han proliferado, Barack Obama habría sido una fantasmal aparición en el horizonte de un sueño febril. El presidente negro de Estados Unidos ha heredado una peligrosa perspectiva: Oriente Próximo y las crisis bélicas relacionadas con la supervivencia de Israel.En su discurso de toma de posesión, Obama no aludió para nada a Israel ni a su guerra de Gaza. Ése es un problema sin cerrar. Hamas cultiva la teoría de que Israel, tras su retirada de Gaza para no perturbar la exaltación política de Obama en Washington, ha sido derrotado. Y la ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, ha lanzado preventivamente esta escalofriante advertencia: "Nosotros vamos a mantener el dedo en el gatillo y Hamas lo sabe. Si los islamistas vuelven a levantar la cabeza, actuaremos con todo nuestro vigor."Esperemos que Barack Obama logre dar con los resortes de una paz estable. Y que Israel no juegue demasiado a las siete y media del horror. Hamas, por su lado, queda advertido. Barack Obama ha llegado al poder en uno de los momentos más difíciles y peligrosos de la historia del mundo.ESTRELLA DIGITAL. 22-1-2009 OBAMA NO QUISO DEFRAUDAR A NADIEBarack Obama ya es presidente de los Estados Unidos de América. La puesta en escena de la toma de posesión del presidente fue espectacular, pero el discurso no cumplió las expectativas porque estaba medido para no decepcionar a nadie.Se esperaba que Obama redujese las dosis de idealismo, sentimiento y lugares comunes propias de un candidato para sustituirlas por más dosis de realismo y medidas concretas que se deben exigir al hombre que lidera el país más poderoso de la tierra.Los mercados han descontado ya el mensaje de esperanza de Obama y ayer confiaban en que el presidente concretara un poco más. No lo hizo -paso por alto dos temas de vital importancia como la vivienda y la situación de los mercados financieros- y eso provocó que las bolsas miraran para otro lado y sufrieran ayer nuevas bajadas, más preocupadas por las turbulencias que persisten en la banca mundial que ilusionadas por las vagas directrices del nuevo presidente.Obama asume la presidencia con un gran capital político. Nunca antes un presidente de los Estados Unidos había generado tanta ilusión entre los ciudadanos, al tiempo que cuenta con el apoyo de las dos cámaras.Y tampoco nunca antes un presidente de los Estados Unidos se había encontrado una situación tan delicada como la que ahora tiene que afrontar Obama, con una crisis económica sin precedentes y el país plenamente implicado en dos guerras (Irak y Afganistán). Por eso, el nuevo presidente matizó ayer su esperanzador eslogan –“yes, we can”– al advertir a los ciudadanos de que hay un largo y difícil camino por delante.En el terreno económico Obama apeló al mercado como elemento básico de prosperidad, pero no dudo al mismo tiempo en dejar patente la necesidad de controlarlo. El grado de intervencionismo que aplique Obama será vital para dinamizar el mercado o esclerotizarlo.El nuevo presidente defendió el gasto público para revitalizar la economía, pero lo hizo con un claro matiz que lo diferencia del modelo por el que ha optado Zapatero en España: mientras Obama apuesta por la inversión en infraestructuras y valor añadido, el presidente español aboga por el gasto social.En cuanto a la política exterior, pocos cambios. Obama dejó claro desde el principio que los valores que soportan el edificio de la sociedad norteamericana siguen vigentes.EXPANSIÓN. 21-1-2009

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