Aproximadamente unos 1.000 manifestantes de los Comités de Defensa de la República se han dirigido a la sede de Comisiones Obreras y lanzado varios objetos, han pegado patadas contra las puertas y han lanzado botes de humo y bengalas, a su fachada.
La huelga general convocada por Intersindical-CSC (Confederació Sindical Catalana), central que agrupa a varios sindicatos de orientación independentista, ha fracasado.
Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, no se han sumado a la huelga convocada en el marco de las movilizaciones contra el juicio del procés. Tampoco CGT que sí participo en la huelga del 3 de Octubre ha convocado esta vez. Intersindical, convocante de la huelga, solo supone el 7,6% de todos los delegados sindicales en Cataluña -más de diez veces menos que CCOO y UGT, que se han negado a apoyar el paro. La huelga ha sido un verdadero fracaso de seguimiento sobre todo en los centros industriales. El pueblo trabajador catalán ha dado la espalda a la huelga convocada por los sindicatos independentistas para respaldar los proyectos de fragmentación
Pero una de las anécdotas más graves de la jornada ha sido el ataque de los CDR a la sede de CCOO en la Vía Layetana.
Aproximadamente unos 1.000 manifestantes de los Comités de Defensa de la República se han dirigido a la sede de Comisiones Obreras y lanzado varios objetos, han pegado patadas contra las puertas y han lanzado botes de humo y bengalas, a su fachada. Las puertas de la sede de CCOO han aparecido con manchas de pintura amarilla y el mensaje «sois la vergüenza de la clase obrera».
Quienes atacan la sede de CCOO descubren sus verdaderas cartas. Además del caracter fascista de esta acción revelan sus verdaderos intereses de clase que nada tienen que ver con la mejoras de las condiciones de vida de los trabajadores. No solo dividen y enfrentan al pueblo trabajador con banderas identitarias quienes atacan la sede del sindicalismo están atacando directamente y de forma explícita y física al pueblo trabajador.
SINDICATOS DEL ESTADO dice:
«La vergüenza de la clase obrera»: ¿o sea? Idealismo en el aire. El «análisis» de que hay una «gran clase mayoritaria» cegada por una «cúpula», que sería «su vergüenza», es idealismo del más grosero. Si los sindicatos abrumadoramente mayoritarios del «mundo del trabajo» son parte del Estado, ¿qué dice eso del carácter de clase de los trabajadores mayoritarios? De ahí partiría un materialista.