La legislatura aguanta, al menos de momento. Pedro Sánchez ha salvado la encrucijada del pleno monográfico sobre corrupción en el Congreso de los Diputados, y el bloque de investidura -aunque con notables grietas y muestras de fragilidad- mantiene su apoyo, ante las nefastas perspectivas que ofrece la alternativa, un gobierno de PP seguramente con Vox.
Hubo quien dio a Pedro Sánchez por (políticamente) muerto, cuando tras abrirse en canal el escándalo de corrupción de Santos Cerdán, salió a comparecer con rostro cadavérico y tono noqueado («son las cinco y no he comido», dijo).
Pero han pasado las semanas, y Sánchez se ha recompuesto, echando mano de su “Manual de Resistencia”. Aunque debilitado, ha sabido jugar sus cartas, demostrando audacia -negándose al 5% de gasto militar en la OTAN, o encabezando las posiciones que en la UE piden romper con el acuerdo de asociación con Israel- y que aún tiene cierto margen de maniobra.
.
En la cuerda floja
Pero que nadie se llame a engaño. La situación para el gobierno es grave y quebradiza.
El ejecutivo progresista de PSOE-Sumar atraviesa su momento más delicado. Las revelaciones de la Unidad Central Operativa han dejado claro que los dos últimos secretarios de organización socialistas, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, operaban junto a Koldo García en una trama corrupta que adjudicaba obra pública de modo irregular.
Una trama que por su duración, actuando desde hace una década, y por la relevancia de los personajes implicados, cuadros y ministros, personas de confianza de Sánchez, no parece que vaya a circunscribirse a la ‘banda de los cuatro’, Ábalos, Cerdán, Koldo García y el empresario Aldama.
Estamos ante una trama de corrupción estructural en el seno del PSOE que aún no sabemos lo honda que va a llegar a ser, y que puede acabar dinamitando la legislatura. Si se revela que hubo financiación ilegal del PSOE o que Sánchez tuvo algún tipo de conocimiento o anuencia en la trama, la pervivencia del gobierno se vería casi irremediablemente comprometida.
Esta es la cuerda floja con la que se celebró en el Congreso de los Diputados un pleno en el que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, comparecía para dar explicaciones. En ella el presidente debía presentar un plan anticorrupción, al tiempo que trataba de retener la agrietada confianza de sus socios de investidura.

El nivel ha descendido al fondo del fango. “Durante una época de su vida la prostitución le vino bien en el ámbito personal y patrimonial”, dijo en el pleno un Feijóo que admite no tener pruebas que sustenten esta afirmación y dice basarse en «lo que han publicado los periódicos”.
Este era el difícil examen, y Sánchez lo aprobó… raspado. No tanto por las medidas que propone o la credibilidad de sus disculpas al haber mantenido la confianza en Cerdán hasta el último momento, sino porque ninguna fuerza del bloque de investidura no está dispuesto a ser señalado como responsable de hacer caer el gobierno de coalición, cuando la alternativa es un gobierno de Feijóo (probablemente con algún tipo de apoyo de Vox).
Todos los socios de investidura dan por hecho que la legislatura entra ahora en una vía muerta, donde la capacidad del gobierno de aprobar nuevas leyes estará limitada, o su precio (en concesiones a las otras fuerzas) será más caro. Pero la alternativa a este marasmo es una legislatura de destrucción, donde PP y Vox están diciendo que desmantelarán todas las políticas progresistas y sociales que se han ido impulsando.
.
Un poco de oxígeno… en un verano tórrido
El gobierno ha logrado algo de oxígeno, pero hay pocos motivos para la tranquilidad en Ferraz. Apenas estamos al principio de las revelaciones de una trama de corrupción incrustada en el PSOE de la que aún no sabemos toda su hondura, extensión e implicaciones. No sabemos si implica -además de a Cerdán, Ábalos y Koldo, o a altos cargos como la exdirectra de Adif, Isabel Pardo de Vera, o al exdirector general de Carreteras, Francisco Javier Herrero- a algunas personas más… o si la mancha de podredumbre se extiende a otros ministerios y ámbitos del partido.
Todo parece indicar que según se vayan conociendo conversaciones y datos comprometedores, que serán utilizadas como munición de grueso calibre por la derecha y sus terminales, el verano se va a ir calentando más y más, hasta hacerse insoportablemente tórrido en términos políticos.
.
Las medidas anticorrupción de Sánchez
Pedro Sánchez presentó en el Congreso de los Diputados un Plan Estatal de Lucha contra la Corrupción con 15 medidas, elaboradas en colaboración con la OCDE, el Consejo de Europa, grupos parlamentarios y expertos de la sociedad civil.
- Uso de Inteligencia Artificial: Implementación de IA en la Plataforma de Contratación del Sector Público para detectar indicios de fraude.
- Sistemas anticorrupción: Obligatorios para empresas que contraten con la Administración Pública, junto con pactos de integridad.
- Controles patrimoniales aleatorios: Revisiones anuales del patrimonio de altos cargos para garantizar transparencia.
- Ley de Administración Abierta: Refuerzo de la transparencia activa, mecanismos de alerta temprana y actualización del Portal de Transparencia.
- Auditorías externas a partidos políticos: Obligatorias para aquellos con financiación pública superior a 50.000 euros, y publicación de donaciones privadas a partir de 2.500 euros.
- Protección a denunciantes: Garantías de confidencialidad, protección y apoyo legal para quienes denuncien corrupción ante la Fiscalía, Policía o jueces, con canales de denuncia obligatorios en empresas y Administraciones Públicas.
- Secciones especializadas en tribunales: Creación de unidades judiciales para delitos contra la Administración Pública, con jueces especializados y procedimientos sumarios para cargos públicos.
- Refuerzo de la Fiscalía Anticorrupción: Más recursos y reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para atribuir la instrucción penal al Ministerio Fiscal.
- Endurecimiento de penas: Reforma del Código Penal para aumentar sanciones por delitos contra la Administración Pública y duplicar los plazos de prescripción.
- Multas a empresas corruptoras: Calculadas sobre ingresos anuales, no solo beneficios.
- Listas negras de empresas: Exclusión de empresas condenadas por corrupción de contratos públicos.
- Sanciones a partidos políticos: Retirada de subvenciones a partidos que mantengan a personas condenadas por corrupción en sus estructuras.
- Refuerzo de la Oficina de Recuperación de Activos: Más medios para localizar y administrar bienes obtenidos ilícitamente, con decomiso administrativo preventivo.
- Cultura de integridad: Promoción de valores éticos para prevenir la corrupción en la sociedad.

