La mayor caí­da del PIB conocida: -1,8% entre enero y marzo

Los «brotes verdes» de Salgado y el erial el paro

La ministra de Economí­a, Elena Salgado, se atrevió a decir, quizá espoleada por un Zapatero para quien «lo peor de la crisis ya ha pasado», que ya se podí­an observar «algunos brotes verdes en la economí­a nacional». Dicho y hecho, el Instituto Nacional de Estadí­stica acaba de anunciar que el PIB español ha caí­do un 2,9% en el último año, y un 1,8% sólo en los tres primeros meses de 2009. Y la razón principal del descalabro es la vertiginosa caí­da de la demanda nacional, hasta hace poco motor del crecimiento. Tanto de la inversión productiva, por parte de unas pymes asfixiadas por los abusos de la banca, como del consumo de los hogares, sobre los que el avance del paro cierne un negro horizonte. ¿Dónde están los «brotes verdes», señora ministra? Lo único que podemos ver es el erial en el que ustedes están transformando al paí­s.

El PIB esañol –es decir, la nueva riqueza generada en España- se contrajo un 2,9% en el último año. Pero sólo en el primer trimestre, el descenso llegó hasta el 1,8%.Se trata de la mayor caída del PIB desde que el Instituto Nacional de Estadística comenzó en 1970 a realizar las estadísticas de Contabilidad Nacional.Este es el reflejo de la aguda aceleración del impacto de la crisis, transformada ya en abierta recesión. Y nos deja ante un horizonte inquietante: de mantenerse el ritmo de destrucción de los tres primeros meses del año, el PIB español puede contraerse hasta un 7% en 2009.Frente a los cantos de sirena de Zapatero, que nos habla de los primeros indicios de recuperación, los datos oficiales hechos públicos tanto por el FMI como por la Comisión Europea certifican que España será uno de los últimos países de la zona euro en recuperarse de la crisis, integrando –junto a Irlanda, Portugal y Letonia- el pelotón de cola que todavía registrará tasas interanuales de crecimiento negativas en el último trimestre de 2010. El caso español es el más grave de todos, puesto que será el único país de la UE que terminará 2010 incrementando el ritmo de caída del PIB.España seguirá, según estas previsiones, en recesión como mínimo hasta bien entrado 2011.¿Cuáles son las razones del desastre? La primera es evidente, y la confirma Joaquín Almunia, comisario europeo de economía, al afirmar que “en el caso de España, el perfil de salida de la recesión es más lento que el de la media de la zona euro y esto se explica por la situación del sector de la vivienda, que exige un ajuste más prolongado”.El modelo económico basado en el ladrillo, que ha enriquecido como nunca a bancos y monopolios e hipotecado a millones de españoles, nos ha condenado a sufrir la recesión en mucha mayor medida que nuestros vecinos.Pero existen también otros motivos, que señalan a los responsables del desastre.Los informes del Banco de España y el Instituto Nacional de Estadística, señalan que la agudización de la crisis en nuestro país responde a la brusca caída de la demanda interna, hasta ahora motor del crecimiento.La inversión de las empresas ha descendido un 4,9%. El tejido industrial, en su mayor parte pymes, está asfixiado por el endeudamiento financiero, y conducido a la quiebra por la restricción del crédito impuesto por la banca.El consumo de los hogares ha caído un 3,3%. El avance del paro coloca a muchas familias españolas –que deben pagar a los bancos, con las cuotas de hipotecas y créditos, una media superior al 40% de sus ingresos- en un dramático subconsumo.Ni las empresas pueden invertir, ni las personas podemos consumir, generando una espiral viciada que tira hacia abajo toda la economía. Y todo porque la banca acapara para sí todo el capital e incrementa sus cotas de usura y expolio.Una redistribución de las rentas y la riqueza, elevando el salario de todos a un mínimo de 1.000 euros, y colocando los 340.000 millones de dinero público entregados a la banca al servicio de la inversión de las empresas y el consumo de las familias, no sólo sería una medida de justicia. También sería una eficaz propuesta para reactivar la economía al facilitar la inversión y el consumo.

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