Esta semana hemos sabido que Emilio Botín y sus dos hijos han cobrado 17,4 millones de euros por el dividendo de sus acciones del Santander del primer trimestre de 2012.
Proyectando estas cantidades al resto del año, serán 69,6 millones de euros los que se repartirá la familia Botín –aparte de sus millonarios sueldos, bonus, aportaciones a los planes privados de pensiones, beneficios de sus SICAV y otras participaciones empresariales– en 2012. Una cifra total que, a buen seguro, no bajará de los 250 o 300 millones de euros anuales.
Un dinero con el que se podrían dar becas a otros 100.000 estudiantes, en lugar de recortarlas y subir las tasas universitarias. Y que equivale a casi 10 veces más dinero que los recortes en hospitales que está aplicando el Gobierno de Castilla-La Mancha este año.
¿Y a esta gente es a la que tenemos que rescatar con dinero público que luego se niega para nuestras pensiones, nuestra salud o la educación de nuestros hijos?