Movimiento obrero

Los astilleros de Gijón siguen en lucha

Tras el ERE lanteado en los astilleros de Gijón los trabajadores siguen en lucha. Es una muestra de la situación inestable y de desprotección en la que se encuentran en estos momentos de crisis muchos trabajadores mientras no se presenta ninguna alternativa real para solventar los problemas que la crisis deja tras de si, con un gobierno que no presenta ningún plan efectivo para asegurar el tejido productivo y la situación que deben afrontar muchos trabajadores tras una vida entera de dedicación.Los astilleros se han atrincherado en las instalaciones de la empresa cortando mediante barricadas todos los accesos a la misma, de forma que la Policía Local se ha visto obligada a desviar el tráfico por carreteras alternativas. El motivo de la protesta es la situación de inseguridad en la que se encuentran parte de los trabajadores afectados por el ERE que los ha llevado a la prejubilación, sin embargo no están claras las condiciones en las que se llevarán a cabo estas prejubilaciones. De esta forma exijen al astillero que de garantías dirijidas a asegurar un compromiso firme por el cual se asegure la percepción del total del salario hasta alcanzar la edad de jubilación.Las consecuencias del ERE son el cierre de este histórico astillero con la consecuente desaparición de la entidad jurídica de la empresa, de forma que si no se ponen medidas podría desaparecer la entidad subsidiaria a la que concierne esta responsabilidad. Los propios trabajadores declaraban que “Nosotros no hemos pedido que nos prejubilasen, fue Pymar quien decidió cerrar el astillero con el apoyo del Gobierno regional, así que deben darnos garantías de futuro”.Se trata de un ERE que cumple el papel de facilitar el cierre del astillero. Es una tendencia en todo el país con la crisis ante la que cabe preguntarnos ¿Porqué se facilita el cierre en vez de facilitar la continuidad? Ya que las consecuencias de esta constante merma del tejido productivo lo que facilita es una base económica cada vez más inestable y empobrecida, una base productiva y por tanto económica que nos deja en manos de que el mejor postor decida sobre el futuro y condiciones de los trabajadores de nuestro país, dejando por medio un reguero de pequeñas y medianas empresas que desaparecen debido a las condiciones estranguladoras de impuestos y falta de financiación acompañados de un empobrecimiento general al que lejos de poner soluciones se desvían estos asuntos en beneficio de la gran banca a la que se le inyecta dinero público para que como una garrapata viva de la sangre caliente de los trabajadores que han producido la riqueza, y a costa de suicidar el tejido productivo que debe ser el motor principal que nos impulse a una salida de la crisis beneficiosa para los trabajadores.

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