En 2018, Trump impuso aranceles a las aceitunas negras españolas de hasta un 35%. Fue de los primeros de los muchos aranceles que el gobierno norteamericano ha impuesto sobre España y Europa. Recientemente, el Tribunal Federal de Comercio Internacional de EEUU ha rechazado los argumentos por los que el gobierno estadounidense ha aplicado el arancel y lo ha declarado ilegal. Una pequeña pero significativa victoria para el sector aceitunero español.
Fue la patronal Asemesa quien interpuso la causa en la justicia norteamericana contra el arbitrario arancel impuesto por Donald Trump a través del Departamento de Comercio de EE.UU. Sin embargo, la sentencia no afecta a todos los aranceles, sino solo a los más graves, los que alcanzan el 35%. Aranceles del 20% todavía siguen vigentes, ya que la “causa” por la que se aplican es otra, y exige una sentencia aparte que podría llevar otros cuantiosos meses en resolver.
Pero sería ingenuo pensar que la administración Trump vaya a aceptar la decisión de su propio tribunal y dejar en paz a la oliva española. No es la primera vez que el presidente norteamericano desafía a sus propias instituciones y nada descarta que decida seguir llevando adelante los aranceles -de una manera o de otra- pese a la sentencia recibida.
El daño al campo español ya está hecho. Según el secretario general de Asemesa, Antonio de Mora, solo con los aranceles a la aceituna se ponen en riesgo más de 2 millones de jornales y 8.000 puestos de trabajo directos. Además de pérdidas de hasta 700 millones de dólares en una década.
Pero es que además, los aranceles norteamericanos no se reducen a la aceituna. Sumados a éstos poco después llegaron los aranceles (de aproximadamente el 25%) al aceite, el vino, carne de cerdo excluido el jamón, productos marítimos como mejillones o navajas o los lácteos. Unas barreras comerciales que causan pérdidas de 6.900 millones de euros al año en la agricultura española. Una guerra comercial que causa efectos devastadores en miles de familias agricultoras o ganaderas, y que viven en torno a cooperativas o empresas que tienen su principal nicho de negocio en la exportación a EEUU.
Los aranceles de Trump son un chantaje a España y toda la Unión Europea. Busca degradarnos para imponernos tratados comerciales mucho más ventajosos a sus intereses y claramente peores para los nuestros.
Pero sobre todo, son un instrumento para un fin mayor y más geopolítico y tenebroso. Golpeando a productos sensibles de cada país de la UE que tienen un importante volumen de mercado en EEUU -la oliva española o el vino francés-, Washington busca presionar a sus vasallos para que acepten y acaten los designios norteamericanos. En el plano económico, político y militar.
NARU dice:
Siempre me he avergonzado de ver la manera como el empresariado agrícola ha tratado a los migrantes que han caído en las manos de esos explotadores sin escrúpulos; la marca España, como dice la derecha, esta sucia por sus propias acciones miserables, no es imputable a la izquierda muchas de las cosas horribles que hace el empresariado franquista afín a la derecha.
En plena pandemia, por fin parece que los empresarios y los sindicatos de los trabajadores comienzan a entenderse; cosa esa que no ha sido tan fácil con gobiernos afines a los dictadorzuelos de la ultra-derecha sin complejos (la derecha liberal ya no existe en este pais); no se avergüenzan de sus maldades pasadas y presentes, al contrario, su nivel de ruindad aumenta al mismo tiempo que aumenta también el progreso real auspiciado por este gobierno de coalición; en manos de los españoles está que no se pierda lo ganado, os engañarán con eslóganes de promesas de LIBERTAD que solo son promesas de LIBERTINAJE consentido a cambio de poder político y libertad-para ellos- para seguir robándonos hasta el aliento. Vosotros veréis; yo ya me he jubilado y tengo claro que nunca voy a votar a la derecha corrupta.
Northern dice:
Flipo con esta frase _»Los aranceles de Trump son un chantaje a España y toda la Unión Europea. Busca degradarnos para imponernos tratados comerciales mucho más ventajosos a sus intereses y claramente peores para los nuestros.»_
O sea, encima de que les vendemos les decimos a los USA cómo tienen que comprar ?
🤔
anarkoÑ dice:
El Problema es que un país como España y un suelo como el español, tenga que depender de que el mercado estadounidense le haga un favor. Porque, dadas las condiciones agropecuarias productivas en suelo estadounidense, importar mercancías españolas es un favor. No se guía por racionalidad rentable ninguna. En la medida en que, con todo el derecho, existe un plan de re-localización interna en los Estados Unidos, España debe hacer lo mismo. Pero, ¿qué problema tiene España consigo misma con respecto a este TERRENO? El problema es que durante décadas la inversión de los propietarios agrarios, en lugar de fundamentarse en producir valor añadido, se ha fundamentado en reducir costes todo lo posible. Y, claro, en cuanto los esclavos africanos de los invernaderos han empezado a recibir también sus cositas y sus garantías jurídicas…, incluso salariales, inmediatamente tal modelo español miserable revienta de raíz.