Televisión

Los anuncios más cuestionados

Los «Premios Sombra» de la publicidad es la plataforma desde la que se pretenden denunciar los anuncios que desde el aspecto ideológico, proclaman valores sexistas, insolidarios o excluyentes, con la única intención de vender un producto. En plena era de la publicidad, diversificada ya en multitud de medios, asistimos a un desarrollo insólito de su lenguaje, en ocasiones muy positivo por su elevada calidad, pero eso no impide que algunos de los spots que vemos repetidos hasta la saciedad ofrezcan contenidos altamente cuestionables.

Grandes emresas como Endesa, Telefónica, El Corte Inglés o Carrefour se encuentran este año en el ojo del huracan por unos anuncios, que a juicio del jurado de los Premios Sombra, subvierten la realidad y transmiten valores negativos. En esta ocasión los premios se dividen en hasta diez categorías. Destacan entre ellas la categoría “Tortilla de silicona”, otorgada al anuncio que transmite peores valores alimenticios o culinarios –los anuncios de McDonalds suelen ir a la cabeza en esta categoría, por la subversión de la realidad en relación al contenido de sus productos-. El “lavadora verde” se encargará de designar el mejor lavado de imagen en relación con la ecología –La campaña de Iberdrola también tiene todas las de ganar-, mientras que el “Lavado solidario” corresponde al lavado de cara corporativo más hipócrita –que parece que va a ser ganado por la campaña “Para los hijos de tus hijos” de Endesa-. Grandes monopolios, acostumbrados al expolio y al enriquecimiento a costa del ciudadano, que gracias a elaboradas campañas de imagen y a la versatilidad del lenguaje audiovisual, se nos presentan con un halo idílico. También los anuncios que desprecian a la mujer tienen su propia categoría, el premio “Florero”. La visión más destructiva del medio ambiente será galardonada con el premio “Chimenea” y, por último, el “Cenutrio” al spot que transmita los valores más irresponsables y nefastos para el desarrollo colectivo. Además, el próximo día 29 de mayo también serán entregados tres galardones especiales al peor anuncio local, a toda una trayectoria y al anuncio que haya sacado mayor rentabilidad de la crisis. Una iniciativa que pretende hacer reflexionar sobre el valor ideológico que en nuestros tiempos ha adquirido la publicidad, y que en muchas ocasiones es ignorado. Pese a que a veces cueste de reconocer, los anuncios no sólo venden el producto, también una forma de vida y unos valores que deben de ser vigilados, y en este caso es una organización no gubernamental la que lanza su juicio moral a los peores del año. Mucho más rico sería sin duda el debate si hubiera otras voces, pero esto ya es un paso.

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