Agricultura Murcia

Los agricultores «Queman la lana» esta vez les toca a los melones

La agricultura murciana, motor rincipal de la economía regional, vive en un constante “quemar la lana” debido al bajo precio que las grandes distribuidoras pagan al que produce y el alto precio que cobran al consumidor. Cuestiones simples, que con medidas sencillas que marquen un precio mínimo y un porcentaje máximo de ganancia permitirían dar un salto cualitativo en la crisis, generando riqueza para los trabajadores del campo y cooperativas que a menudo trabajan duro para luego ver como sus cultivos, trabajados, cuidados, de calidad, son comprados por las distribuidoras a precios irrisorios que castran de todo su potencial al sector de la agricultura. Esta vez le toca a los melones piel de sapo, conocidos por su dulzura y piel salpicada de pintas que tanto buscamos en el mercado para disfrutar de su gran sabor. Este ha sido un buen año para la tierra, las lluvias algo más numerosas y a su debido tiempo, han dado una primavera florida y una temporada agrícola fructífera. Sin embargo el precio de origen que se paga por estos melones oscila entre 9 y 20 céntimos el kilo, es decir, entre 27 y 60 céntimos cada melón de cuatro kilogramos. Sin embargo las distribuidoras saben lo preciado de los frutos de nuestra agricultura y el precio a los que vende el kilo es de 97 céntimos, unas ganancias en muchos casos de más de un 1000% sobre productos que no requieren prácticamente manipulación ni proceso alguno que medie entre productor y consumidor. Un trabajo de distribución pura y dura en el que las distribuidoras juegan con márgenes suculentos, e inimaginables para cualquier otro sector. Primero ocurrió con las patatas, y la decisión fue similar a la que se ha tenido que tomar en esta ocasión. La destrucción del 30% de la producción de este año es la medida que se tomará para intentar subir el precio de origen. Ya se están organizando piquetes para destruir lo que significa nada más y nada menos que 40 millones de kilos de estos melones. Una buena parte se destinará a cáritas, que seguro que agradecerá en esta crisis que se dé este destino a los frutos. Una riqueza donde el capitalismo pone de manifiesto sus contradicciones. El capitalismo no genera avances en la producción de riqueza, genera condiciones desiguales que provocan destrucción de riqueza y escasez. En medio de la crisis, la agricultura murciana produce riqueza contra viento y marea, y lo que se genera por parte de las distribuidoras son unas condiciones que estrangulan la producción y asfixian al consumidor. Una decisión tomada en asamblea por los agricultores y que próximamente se valorará conjuntamente por Coag, ASAJA y UPA, las principales organizaciones agrarias de la región.

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