Derechos y Libertades

Logias: «Jornadas de puertas abiertas»

Jordi Farrerons, es periodista gráfico y, además, Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica de España. En los últimos dí­as medios como El Paí­s, El Plural, la revista Tiempo, dedican entrevistas, reportajes y artí­culos al encuentro celebrado por cuatro logias «progresistas» a través del cual pretenden unirse bajo el «Espacio Masónico de España». La imagen se presenta estigmatizada por el secretismo y lastrada por culpa de la dictadura de Francisco Franco, pero no se cuenta cuál ha sido su papel central en las últimas décadas.

“Esto es un rimer paso para oírnos y trabajar conjuntamente. Es de suponer que un futuro próximo nos juntemos todos. Hay que aunar la voz y que se nos escuche fuerte”, explica Farrerons para El Plural. “La masonería es un organismo más que está en la sociedad y no tiene todo ese secretismo que nos achacan. Queremos trabajar y ser felices […] España es ahora un país mucho más abierto y plural y con mayor capacidad para entender”. “Y en medio de una crisis económica tan grave, no viene mal promulgar valores como la igualdad y la libertad” añade El Plural. Sin embargo el papel de la masonería ha sido históricamente el de actuar como herramientas tremendamente eficaces para incidir en todos los aspectos de la vida de un país. Y como tales nacieron en nuestro país como grupos de poder al servicio de las principales potencias extranjeras: Gran Oriente de España, Gran Oriente Nacional de España o Grande Oriente Español son logias históricas con vinculación con logias francesas e inglesas que actuaron en los momentos decisivos para influir en el destino de España. Así son los casos de Mendizabal, perteneciente a la logia Taller Sublime vinculada a Inglaterra, Espartero o el propio José Bonaparte, Gran Mestre del Gran Oriente. Personajes de prestigio social y en cargos de responsabilidad en el ámbito económico y político han sido masones, en gobiernos socialistas y populares, y lo son en la actualidad, como reconocen – sin proporcionar datos – fuentes de las propias logias, incluso en libros de divulgación y normalización de estas organizaciones. No se trata de ninguna teoría conspiratoria, sino de organizaciones de arraigo histórico y con relaciones en puestos estratégicos del país y en el extranjero, como lo son los diferentes tipos de lobbies, que actúan de acuerdo a propósitos comunes, practicando el “entrismo” – línea de actuación acuñada históricamente por la masonería que consiste en introducirse en organizaciones creando un clima de opinión favorable a sus propósitos -, y el secretismo en su identidad. Aunque las logias se han movido siempre en dos niveles. Intelectuales como Vicente Blasco Ibáñez, Giner de los Ríos o Machado fueron miembros de logias masónicas, al igual que anarquistas como Arístides Rey, Anselmo Lorenzo y Farga Pellicer, a finales del siglo XIX, y como tales han servido de correa de transmisión de pensamiento e intereses. Y luego existen cuadros políticos como Bush o Kerry pertenecientes a la poderosa “Skull and Bones”, cuyo vivero principal de miembros es la Universidad de Yale; siempre con presencia en las altas esferas del Estado. Nada que objetar a que la masonería española inicie una campaña de “puertas abiertas” y El País y El Plural le den cobertura. Pero que se cuente todo y así mejor.

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