La intervención de Bankia

Lo que queremos nacionalizar son los beneficios

Lo primero que ha hecho el nuevo presidente de Bankia y de su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), nombrado por Rajoy, José Ignacio Goirigolzarri, ha sido pedir que le nacionalicen su banco. ¿Un banquero que pide que le nacionalicen su banco? ¿Es qué se ha vuelto socialista?

No. Lo que pide, y así se hará, es que se nacionalicen sus pérdidas, es decir que corran a cargo del contribuyente, para que puedan quedar a salvo sus beneficios, que seguirán siendo muy privados. «Esto no es una nacionalización, es una socialización de las pérdidas para que las paguemos los ciudadanos»

Bankia será saneada con dinero público, y luego vendida, a precio de saldo normalmente, a algún banco nacional o extranjero. Para empezar, no tendrá que devolver los 4.465 millones de euros que ya le había dado el FROB de Zapatero en junio de 2010, cuando se fusionaron Caja Madrid y Bancaja; ese dinero se queda en Bankia convertido en acciones. Además el gobierno está dispuesto a poner otros 7.000 millones de euros, que serán más de 10.000, a medida que vayan apareciendo más agujeros como los detectados por la auditoría externa que, por lo pronto ya ha detectado un agujero no declarado por Bankia de 3.500 millones de euros. Y a todo lo anterior habrá que añadir los costes del “banco malo” cuando se cree la “sociedad inmobiliaria” correspondiente con los activos tóxicos inmobiliarios. ¿A esto llaman nacionalización?

No, esto no es una nacionalización, es una socialización de las pérdidas para que las paguemos los ciudadanos. Y luego, una vez saneado vendérselo a precio de saldo al mejor postor de la gran banca nacional o extrajera.

Sí, nuestro país necesita una verdadera nacionalización, nacionalizar los beneficios. Crear una banca pública permanente, que disponga de los ingentes recursos de la banca –sólo Bankia tiene más de 300.000 millones en depósitos- para impulsar el desarrollo del país.

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