¿Primeros "brotes verdes" o el anuncio de la agudización de la crisis tras el verano?

Lo peor todaví­a no ha pasado

Tras el crack de Wall Street en 1929, un pequeño y breve remanso en la recesión propició que algunos sectores anunciaran el comienzo de la recuperación, reinstaurando la narcotización de unos años veinte donde el capitalismo prometí­a un progreso sin fin. Algo similar, y tanto o más peligroso, está sucediendo hoy en España. Algunos datos parciales -como el descenso del paro durante mayo y junio- están siendo convenientemente publicitados como los primeros «brotes verdes» que señalan el principio del fin de la crisis.

La realidad, convenientemente ocultada or la propaganda, es exactamente la contraria: los factores que hacen de España el auténtico eslabón débil de la crisis, condenado a sufrir con mayor dureza los efectos de la recesión, no han hecho sino agudizarse.Durante el segundo trimestre del año –ese donde supuestamente el enfermo comenzaría a mejorar- la riqueza de las familias ha descendido por primera vez desde hace quince años, se han triplicado las quiebras de empresas, la producción industrial ha descendido a una media superior al 20%, y, a pesar de la contracción del crédito mundial, los miles de millones empleados en los planes de rescate y el derroche de las castas políticas han elevado la deuda pública a límites monstruosos, el déficit exterior español –la deuda contraída con el capital extranjero, y que pesa como una losa sobre la economía nacional- ha seguido incrementándose hasta suponer el 165% del PIB.Los ligeros descensos del paro en mayo y junio son “flor de verano”, y obedecen únicamente al tirón de los servicios en época estival. Pero todos los analistas y servicios de estudios económicos saben que, tras el verano, septiembre traerá una nueva oleada de EREs, quiebras e incremento del paro.Zapatero lo sabe, y por ello, aprovechando la calma propia de los meses de verano, pretende dejarlo todo “atado y bien atado”. Desde las elecciones europeas, el gobierno ha aprobado un nuevo y multimillonario plan de rescate bancario, ha dado luz verde a la “liberalización del sector eléctrico”, que no es otra cosa sino un rescate encubierto para las grandes eléctricas, y pretende cerrar un acuerdo con los sindicatos que asegure una mínima paz social ante un otoño donde previsiblemente se van a endurecer las consecuencias de la crisis para los trabajadores.Se impone que, desde el conjunto de la población –trabajadores, pymes, autónomos, pensionistas, trabajadores inmigrantes…- demos una respuesta acorde con la gravedad de la situación.La batalla contra la crisis no ha hecho sino comenzar. Y lo más importante es que avance y cobre fuerza una alternativa para salir de la crisis en beneficio de la mayoría.Es hora de impulsar en cada barrio, pueblo, centro de trabajo o de estudio, Juntas contra la crisis que antepongan a los planes de rescate y el atraco fiscal una alternativa favorable a los intereses populares.Desde estas páginas hemos planteado una salida a la crisis que parta de tres ejes claros, sencillos y factibles.- Una redistribución salarial donde se limiten los escandalosos sueldos de banqueros y monopolistas, hasta un máximo de 10.000 euros mensuales. Para imponer con ese ahorro que ningún trabajador disponga de un salario menor de 1.000 euros.- Un drástico plan de ahorro que parta de una reducción mínima de un 20% en los gastos del Estado, empezando por los gastos suntuarios e improductivos, y sin tocar las partidas verdaderamente sociales –sanidad, educación…-. Invirtiendo este ahorro en la economía productiva, en la creación de riqueza y empleo.- Entrega a las pymes y autónomos –a través del ICO, y a un interés igual al del Banco Central Europeo, el 1%- de los 340.000 millones de los planes de rescate bancarios.Frente a los intentos de “narcotización” y adormecimiento de conciencias, basados en anunciar que “lo peor de la crisis ha pasado ya”, debemos fortalecer la ofensiva popular por imponer una salida a la crisis favorable a la mayoría.

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