Siria en el ojo de huracán

Lo malo y lo peor

Después de 16 meses de lo que no puede considerarse sino como una auténtica guerra civil larvada, la situación en Siria permanece enquistada, sin que por el momento se vislumbre una salida rápida a un conflicto que está dejando un reguero de cadáveres, un paí­s destruido y una sociedad fragmentada en fracciones irreconciliables.

Nos negamos a elegir entre la peste y el cólera. Entre la barbarie del dictador Bachar el Asad –un muñeco diabólico de la ex URSS que también utilizó EEUU cuando le interesó– y una intervención imperialista que convierta Siria en un nuevo peón yanqui en la zona.

Hay que denunciar las atrocidades del régimen sirio, pero también la intervención imperialista de EEUU, que no tiene reparos en incendiar una zona sensible para que sus intereses avancen. Apoyamos al pueblo sirio. Queremos para él, como para todos los pueblos del mundo, la más amplia libertad, la independencia de su país y el progreso de su pueblo. «Hay que denunciar las atrocidades del régimen sirio, pero también la intervención imperialista de EEUU, incendiando una zona sensible para que sus intereses avancen»

Pero hay que leer lo que está ocurriendo allí, no sólo como una contradicción entre democracia y dictadura, sino también, y principalmente, desde la intervención del imperialismo y sus objetivos. Si no lo hacemos así, toda nuestra mirada estará extraviada, confundida.

Manifestamos, por un lado, la más completa repulsa hacia las repetidas matanzas y las brutales masacres contra la población protagonizadas por el régimen de Assad. Por otro, hay que mostrar un rechazo igual a la cada vez mayor intervención de las potencias occidentales, azuzando el conflicto y dando financiación, armamento e instrucción militar a la oposición más reaccionaria.

¿O es que alguien es tan ingenuo como para creer que una Siria dominada por EEUU va a traer más democracia, beneficios y progreso para el pueblo sirio? Sólo hace falta mirar a Irak o a Libia

Deja una respuesta