Debemos promover activamente el debate sobre la nueva reforma de las pensiones en todos los rincones del país. ¿Qué quieren hacer con las pensiones?, y lo más importante, ¿cuál es la alternativa que debemos defender la sociedad civil?
Antes de finales de año, el ministro Escrivá quiere haber concluido la primera fase de la reforma de las pensiones: la revalorización con el IPC, retrasar la edad efectiva/real de jubilación y sacar de la Seguridad Social los llamados gastos impropios. Pero es en 2022 cuando debemos esperar graves problemas para las pensiones públicas.
Los planes de empresa que se pretenden aprobar, y sacar a concurso para su gestión privada, van a suponer que en poco menos de una década, el 80% de los trabajadores tenga un plan de pensiones privado con esta fórmula. Es decir, nueve millones de planes privados de pensiones más. Visto desde otra perspectiva, se trata de multiplicar por 10 el porcentaje del PIB que significa el capital controlado por los fondos de pensiones: casi 320 mil millones.
A esto hay que añadirle el resto del paquete que Bruselas exige a cambio de los 140 mil millones de ayudas por la pandemia: el factor de sostenibilidad –que pasa a llamarse ‘mecanismo de equidad intergeneracional’ –, el aumento del cómputo para el cálculo de la pensión a 35 años, que supondría una bajada del 8% de las pensiones…
¿El ahorro de quién?
Hace casi un año se empezó a apuntar lo que es hoy ya una realidad, un proceso de semiprivatización de las pensiones públicas. En definitiva, la razón por la que la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones (MERP) hace 8 años, nacimos.
Periódicamente surgen campañas sobre la supuesta insostenibilidad de las pensiones que vienen acompañadas por campañas de promoción de planes privados de pensiones. Algo totalmente legítimo, claro. Lo que no lo es, es hacer negocio a costa de degradar el sistema público de pensiones.
Tras las resoluciones del Pacto de Toledo, la MERP felicitamos que se llegara a un acuerdo, que en algunos aspectos de forma general apuntaba a reforzar el carácter público de las pensiones, y llamamos a que esos acuerdos fueran cada vez más plurales y más las voces que se escuchen. A continuación lanzamos la campaña ‘El Candado de las Pensiones’.
¿Quién ahorra verdaderamente con estos planes de empresa?
Lo que hemos visto en lo últimos meses es un despliegue de propaganda para meter el miedo en el cuerpo a la gente, porque se van a quedar sin pensión. Hay que ahorrar. ‘No se trata de privatizar, sino de darles sostenibilidad’, y para eso es para lo que necesitamos un ‘sistema mixto’. Es decir, un proceso de semiprivatización, o privatización parcial. ¿Quién tiene que ahorrar, las pensiones públicas o los fondos privados?, porque si más de 300 mil millones acaban en manos de los fondos, no somos nosotros quienes ahorramos.
Pero lo que ha cambiado es que la sociedad es más consciente, y está más organizada, social, institucionalmente. Nuestra capacidad de respuesta es mayor después de 4 años de movilizaciones desde 2017. Que nadie nos convenza de que la movilización no sirve para nada. ¿No han escuchado esa idea últimamente, de forma sospechosamente habitual?
No hay que olvidar que la presión social es la que obligó a eliminar el 0,25%, y ahora a un largo proceso de negociación, porque las resistencias sociales son mayores. Por eso el ministro Escrivá ha tenido que eliminar la devolución del IPC si es negativo, o ha tenido que dejar la parte más dura de la reforma para 2022.
Una transformación democrática
Quien haya leído la novela ‘El médico’ de Noah Gordon, recordará la enfermedad del costado, que es como llamaban a la apendicitis cuando no se conocía qué es lo que era. En la novela se describe el proceso por el que un médico, a pesar de las leyes que prohibían las autopsias, descubrió la cura.
En lo que se refiere a las pensiones, todavía no se cura la apendicitis. La Constitución no reconoce las pensiones como un derecho. Son una recomendación a los poderes públicos, a la que no están obligados. Por eso el Tribunal Constitucional avaló el 0,25%, que solo se retiró por presión popular. Esto tiene que cambiar.
Nos encontramos en una fase anterior a la ‘revolución científica’, en términos democráticos. Las pensiones deben convertirse en un derecho fundamental, prohibiendo de forma explícita su privatización y la pérdida de poder adquisitivo.
Cuando la MERP recibimos la Medalla de Oro de la ciudad de Madrid, se dijo que la plataforma era como aquella gente que un día imaginó que era posible la Sanidad Universal. Si hoy alguien cuestionara que votáramos cada cuatro años, recibiría por respuesta una movilización democrática generalizada de todos los sectores de la sociedad. Porque una cosa es que haya que mejorar el sistema o cambiar las leyes, pero es un terreno conquistado. En las pensiones, todavía estamos recuperando lo que hemos perdido en la última década, y ahora quieren que volvamos a perder, entregando el capital generado por 8 millones de trabajadores al año, a los fondos privados.
Debemos estar preparados para lo que viene
Que llegue un día en el que esto sea inconcedible. No les vamos a decir a los gestores cómo hacer su trabajo. Para eso se celebran elecciones y campañas electorales. Pero sí queremos que nuestra Carta Magna refleje lo que no se puede hacer, privatizar total o parcialmente el sistema público de pensiones, ni hacer que pierda poder adquisitivo.
El Candado de las Pensiones
Es crucial que esto se conozca y se debata en todos los rincones del país. Porque la campaña de ‘El Candado de las Pensiones’ pretende una transformación democrática que debe ser el próxima avance importante para España en términos de progreso.
No queremos que se altere la gestión de las pensiones con cambios legislativos que dependan de los gestores elegidos en un proceso electoral, o de los acuerdos en las instituciones. Queremos que la Constitución prohíba la privatización, como prohíbe los tribunales de guerra, u otras figuras y ataques a las libertades propios de otra época. Que las pensiones se puedan privatizar o perder poder adquisitivo tiene que pasar a ser una posibilidad de otra época. Queremos que las pensiones estén sanas, no que por mucho que el médico asegure que es lo mejor, no paren de empeorar. No nos confundan con el proceso. Nos importa el resultado: blindar las pensiones en la Constitución.
Cuando llegas a ese momento de la vida en el que eres más débil, necesitas que la sociedad te devuelva, no el dinero exacto, sino el esfuerzo… que cuide de ti. La confianza y la estabilidad que eso proporciona a un país ha de revertir en todos los aspectos de su desarrollo.
Debatamos sobre esto en todos los barrios y rincones, en todos los ámbitos de la sociedad. Lleva ‘El Candado de las Pensiones’ a tu barrio, a tu puesto de trabajo, a tu ciudad… mientras, sigamos recogiendo firmas y sumando esfuerzos con la MERP, que la presión social se sienta y crezca en los próximos meses. Debemos estar preparados para lo que viene.