SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Little Italy

La finta de Artur Mas me ha devuelto por unas horas a Roma. A Roma o a Milán, tanto da. Catalunya no es la región más occidental de Italia –frase atribuida a Josep Pla–, pero a veces quiere parecerlo. Y a veces hasta lo consigue. Desde Madrid este matiz quizá cueste de captar, puesto que Italia, mentalmente, le pilla lejos al centro de la península Ibérica. Desde Madrid, Italia cuesta más de entender que desde Barcelona.

Hoy me gustaría subrayar una diferencia hispano-italiana que viene al caso. Las diferentes pasiones por el Derecho. En España, la Brigada Aranzadi siempre ha sido muy fuerte en Derecho administrativo. Reglamentos, reglamentos y más reglamentos. Reglamentos y oposiciones. Por el contrario, Italia es algo más teórica. Los estudios de Filosofía del Derecho han tenido un papel fundamental en la formación de la élite italiana. De la élite clásica. Grandes intelectuales e incluso algún criminal. Hace más de quince años, dos profesores de Filosofía del Derecho fueron arrestados en el campus de la universidad La Sapienza de Roma por haber intentado el crimen perfecto. Desde una ventana de la facultad dispararon con una pistola contra una estudiante y la mataron. Dispararon al azar. No la conocían de nada. Les delató un testigo accidental de la escena. Filosofía del Derecho. En ese colchón se hallan algunos de los muelles de la flexibilidad política italiana. Todo es interpretable. Todo puede cambiar. Ejecutado con gracia, todo movimiento de avance o retroceso tiene sentido. Por lo tanto, puede ser bello.

Tienen una palabra magnífica, irónica y compuesta para la súbita marcha atrás: ‘dietrofront’. Un grito militar, en realidad: hacía atrás y de frente. Para el giro más estudiado y profundo está la ‘svolta’, palabra grácil y danzarina como el vuelo de una falda plisada.

En el movimiento de Mas hay ‘svolta’ (giro con aires estratégicos), ‘furbizia’ (astucia) y ‘dietrofront’ (brusca marcha atrás). Con las últimas encuestas sobre la mesa, el presidente de la Generalitat quisiera agotar la legislatura, porque lo más inteligente es esperar a la conformación del nuevo Parlamento español, probablemente sin ningún partido con mayoría absoluta. Y también necesita tiempo para la refundación y cambio de nombre de CDC.

El Gobierno español se hallaba ayer ‘in attesa’ (a la espera), dudando entre dejar salir vapor de la caldera catalana, o lanzar a la Brigada Aranzadi al galope sobre Barcelona. Estos días, el PP el problema gordo lo tiene en Madrid.

Más italianismos. En el ‘dietrofront’ de la consulta han intervenido, con cierta concertación, Iniciativa per Catalunya (sector Comisiones Obreras, principalmente) y Unió Democràtica. Excomunistas y democristianos. El viejo ‘compromesso storico’, que tantas resonancias alcanzó en la Catalunya de los años setenta. La joven CUP está ensayando un juego ‘sottile’: muy activos en palacio y en la calle. El PSC lo sigue todo con ‘distacco’ (desapego). Y la reacción más furibunda y menos italianizante ha sido la de ERC. Hay algo en la ‘svolta’ masista que les hiere. Curiosamente el político catalán más itálico es Oriol Junqueras, formado en la Escuela Italiana de Barcelona y con una temporada de estudio en el Archivo Secreto del Vaticano. Nunca hagan caso de los tópicos, porque cuando alguna cosa cambia, nada sigue igual.

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