Cataluña. Crisis del automóvil

Limpieza ideológica

Según el presidente del comití¨, Juan Antonio Sánchez (CGT), habrí­a que haber mantenido la lucha porque todaví­a era posible conseguir que la empresa echara marcha atrás en los despidos a cambio de un ERE temporal de toda la plantilla. También denunció el chantaje de la dirección: «primero nos dijeron que se llevarí­an la producción a otras fábricas y después nos dijeron que encargarí­an la producción a la competencia; hemos oido tantas versiones y les conocemos tanto que ya no les podemos creer. Nos han engañado en cada negociación y lo han hecho con chantajes».

Tras el chantaje de la comañía de que si la huelga indefinida decidida por los trabajadores en asamblea contra los 90 despidos se prolongaba, el futuro de la empresa se ponía en peligro.Tras la decisión de la Conselleria de Treball de la Generalitat de aprobar el ERE que certifica los 90 despidos y 35 pre-jubilaciones puesto que empresa y sindicatos no habían llegado a acuerdo ninguno sobre dicho ERE.Tras la rotura del bloqueo que mantenían los trabajadores a la salida de los pistones hacia Alemania, lo que amenazaba con paralizar la producción de BMW y Mercedes, y con que se perdieran ambas marcas en la cartera de clientes de la empresa catalana. Aprovechando la ausencia del comité, los Mossos de Esquadra se hicieron con el control de la planta y fueron los propios directivos de Mahle los que cargaron los pistones en los camiones, los cuales trasportaron la esperada carga a las plantas alemanas de BMW y Mercedes, entre los abucheos de los trabajadores.Después de todo esto. Los trabajadores despedidos pidieron el viernes pasado a sus compañeros que depusieran la huelga para evitar males mayores, llámese más despidos. Su decisión ha sido aceptada por el comité de empresa, presidido por CGT. Queda ahí la denuncia hecha por este sindicato, con independencia de que los auténticos protagonistas de dos semanas de lucha constante y consecuente para evitar los despidos fuera la plantilla, la dirección de Mahle ha aplicado una auténtica “limpieza ideológica” puesto que en la relación de despidos autorizados por la Generalitat, hay una desproporcionada cantidad de afiliados de CGT, además de parejas, trabajadores que ya tenían reducida su jornada laboral o embarazadas.La combatividad de CGT le está saliendo tan cara como baratos le salen los despidos a las grandes compañías del automóvil. Los sindicatos llamados por las empresas para negociar los convenios y dar respuesta a los ERE no son precisamente los que practican un sindicalismo asambleario y combativo como CGT. Aunque haya acabado, la lucha de los trabajadores de Mahle en Vilanova es admirable. A su vez, pone de manifiesto la necesidad de dotar la constancia y la combatividad con planes de productividad y redistribución de la riqueza en este tipo de empresas. Con la resistencia no basta.

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