Música

Limón, limonero.

«Mira papá, un bebo». Esto es lo que dice el hijo de Javier Limón cuando ve un piano. Y es que haber tenido en su casa y en su refugio, que hace las veces de estudio, a lo mejor de lo mejor del flamenco y más allá, se ha convertido en esencia de la familia. Ahora prepara con calma su próximo disco y la nueva aventura de Chucho Valdés y Concha Buika.

“Casa Limón” es un sello ropio que ha permitido al productor, músico y compositor, uno de lo más reconocidos de nuestro país, fabricar y esenciar el tipo de música que ha ido saliendo de su experiencia, con aciertos y errores.En este joven productor de 35 años han confluido la sensibilidad, el trabajo y la fortuna. De niño se crió conociendo la audacia de su madre emprendiendo miles de negocios para sacar a su familia adelante como fuera, después de haber perdido al padre de familia. En EEUU entró en contacto con aspirantes de todo color a estrella del jazz o del blues… el flamenco siempre barría, los fandangos de Huelva para ser exactos. Dejar el oboe fue una decisión acertada.Ya en España renunció a sus estudios de Ingeniero Agrónomo por ser cantaor, hasta el batacazo en el concurso del Cante de las Minas. Pero el camino ya estaba trazado y no se iba a volver atrás. Un poco de Cuba, un poco de Puerto Rico, y empezó a componer para artistas como Estrella Morente, Remedios Amaya, Pepe de Lucía, El Potito…Y llegó “Lágrimas Negras”. Una llamada de Wyoming y su habilidad para resolver un pequeño “enganche” de producción le llevó a parir uno de los mejores discos que jamás se han editado en España. No en balde compite con Bruce Springsteen entre los discos más vendidos en EEUU.Javier Limón es un artesano del flamenco. Cuida cada detalle, cada frase y hasta los pequeños arreglos en los que puede llegar a invertir días para unos pocos segundos de un tema.La producción final siempre se realiza en un gran estudio, pero es en Casa Limón donde se mezclan las esencias: “Piensa en el arroz con frijoles negros, en los huevos fritos con torreznos. Juntamos el jazz, el son, el bolero, el flamenco… sin diluir sus esencias” – en una entrevista para El País -. Allí ha descubierto a los gitanos cubanos de Matanzas, ha investigado las similitudes del haiku japonés con las letras flamencas, y ha iniciado la aventura de su próximo disco “Kosmos”, con 12 o 14 temas, que va grabar por distintos países del Mediterráneo -ya ha grabado en Grecia y Líbano-, con el deseo de ir a la búsqueda no sólo de la mejor música, sino también de los olores, los colores, el paisaje, la comida…Puede presumir de haber aprendido del maestro Paco de Lucía, al que considera no sólo el mejor guitarrista del mundo – que lo es – sino un vanguardista de la composición y producción flamencaEsta semana viaja a La Habana para grabar el disco con Chucho Valdés y Concha Buika con el repertorio de la mexicana Chavela Vargas.¿Le quedará sitio en alguna maleta, y nos vamos pallá?

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