Cine

Ley del Cine de Cataluña

La polémica Ley del Cine de Cataluña obliga a los distribuidores a doblar al catalán la mitad de copias de las pelí­culas extranjeras. La ley está impulsada por el Departamento de Cultura, en manos de Esquerra Republicana. Joan Manuel Tresseras, Consejero de Cultura ofreció financiar por el gobierno catalán todos los gastos de doblaje además de otros incentivos. Incluso es posible que el gobierno de la Generalitat apruebe un impuesto que penalice la opción de doblaje frente a la V. O. En principio la ley según los que la han redactado tiene como fin la promoción de la industria cinematográfica en Cataluña. Pero resulta muy contradictorio. Todo el debate se ha centrado en la cuota de doblaje.

Las olíticas lingüísticas han frenado la escena catalana justo en un momento en que la teatro español esta viviendo un momento dulce. Madrid supera con mucho los resultados de taquilla de la ciudad condal mientras nuevas compañías como la extremeña Samarkanda cosechan éxitos por toda la geografía nacional. Nuestra cinematografía tiene unas potencialidades que no tienen otras cinematografías como la francesa o el propio Boollywod: 400 millones de hispanohablantes. Tenemos un mercado privilegiado. No tenemos el capital, ni las estructuras de las majors americanas, que controlan los circuitos de distribución y exhibición estrangulando al cine español. Pero tenemos un mercado privilegiado y podemos competir con la lengua como nuestra mejor arma. Pero sin embargo somos el único país de Hispanoamérica que permite que las majors doblen sus películas al castellano. EEUU utiliza el doblaje como una forma de penetrar en nuestro mercado. El doblaje lo impuso el General Franco copiando a la industria de Cinecittá de Musollini. Sirvió durante 40 años como una herramienta eficaz de censura. Las majors lo han sabido aprovechar y amortizar.Antes por ley las majors estaban obligadas distribuir películas españolas para poder obtener licencias de doblaje. La cuota de distribución era de 1 a 4. Hoy esta ley está derogada. Solo los exhibidores, bastante presionados ya por el chantaje de las majors, están obligados a cumplir una cuota de exhibición. Productores, directores, y cineastas han luchado contra las cuotas de doblaje. Y en Cataluña ocurre al revés, quieren obligar a las majors a doblar al catalán y encima ofrecen que el gobierno lo financie. Un disparate. Solo se entiende porque no hay ningún interés por desarrollar la industria catalana sino en imponer determinada política lingüística. A las majors no les interesa nada la cuota de doblaje al catalán por que saben que no hay tal demanda, por mucho que se empeñe Joan Manuel Tresserras. Fedicine, que agrupa las distribuidoras americanas, se ha opuesto a dicha ley. Jordi Pujol ya intentó aprobar por decreto una ley similar y las majors amenazaron con no estrenar los éxitos de Hollywood en Cataluña. La ley tuvo que ser derogada. Enrique González director de la distribuidora independiente Alta Films. calificó de salvajada estos planes y declaró: Los catalanes van a tener que ir a ver cine a Perpiñan o a Zaragoza. Esta medida amenaza además a la distribución de cine independiente en Cataluña. Si obligan a doblar la mitad de las copias los costos aumenta y ya no es rentable su distribución

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