Inmigración

Ley de Extranjeria: un ataque a nuestra clase

La memoria siempre es buena, y más bueno es sacar conclusiones. Recordando las elecciones generales, sus debates televisivos, nos aparece Zapatero como el abanderado de los inmigrantes frente a Rajoy. «Es que el PP no nos quiere», es la idea que les habí­a quedado a muchos inmigrantes.

Hoy a un año de aquello, nos queda a Solbes diciendo “que esto no era una crisis” con la misma validez que Zaatero “amigo de los inmigrantes”. La nueva Ley de Extranjería representa un ataque directo a este sector.Latinos esquivos pero hermanos, que no llenan de acentos y de exóticas palabras a este nuestro idioma castellano, africanos negros, pues no van con taparrabos. Rumanos, húngaros, trabajadores del Este, que nos muestran una Europa mediterránea lejana y cercana a un mismo tiempo. Marroquíes y argelinos, paquistaníes que montan sus negocios. Los chinos quedan en otro apartado por razones a investigar, todo esto les afecta de otra manera.No es un problema de idealizarlos, pueden caer mejor o peor. Pero son de nuestra clase, y componen un sector con el que nos codeamos en la construcción, cuidando a nuestros viejos, cuando nos atienden en el bar… pero sufren particularmente esta crisis. No son de aquí, y un momento de escasez de trabajo y de abusos monopolistas son los primeros que sobran.Gota a gota de sudor han incrementado el PIB español, pero una vez exprimida su fuerza de trabajo ya no hay espacio. Salir de tu país en crisis para encontrarte en otro ya no en crisis, sino que además te quieren echar.Así en esta nueva Ley de Extranjería cabe de todo. Lo primero los 40 o 60 días de ampliación del periodo de internamiento, cárceles del 2009, donde te acusan de ser ilegal. Campos de internamiento como se llamaban los campos de los judíos nazis, de los que no paran de salir denuncias por las condiciones infrahumanas. Como denunciaban varios internados a través de un mensaje que consiguieron colar fuera de sus muros, la estrategia es amenazarlos, acobardarlos para que se marchen.Pero luego son las multas a aquellas organizaciones que ayuden a inmigrantes ilegales. Con multas que pueden ser desde 500 a 3.000 euros. Son criminales y como tal son tratados. Aunque su único crimen es venir a trabajar a un país que no es el suyo. Donde se llega a invertir el capital de años o hasta jugarte la vida, para este viaje a Itaca.Así como endurecer las medidas para la regulación. Nuevos formularios y requisitos que antes no existían que tardan meses y meses en llegar una vez solicitados. En esto, el colectivo de bolivianos es uno de los más sufridos puesto que llegó más tarde a España.Que no nos despisten, la receta que se les aplica es la misma que nos aplicarían a cada uno de nosotros, sino tuviésemos unos derechos colectivos conquistados en años anteriores en claro retroceso en estos tiempos.

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