La mayoría independentista en la cámara, haciendo uso de su rodillo parlamentario suspende la actividad parlamentaria hasta después del 1-O.
Junts pel Sí y las CUP han pedido suspender la actividad del Parlament de Cataluña hasta después del eeferéndum. No quieren que en los plenos previstos para los días 20 y 21 de septiembre se repita el bochornoso espectáculo de la semana pasada, donde quedó en evidencia las prácticas antidemocráticas -y el atropello de los derechos de los diputados opositores- por parte de la Mesa del Parlament.
JxSí y la CUP han solicitado una junta de portavoces extraordinaria para acordar dicha suspensión parlamentaria. Alegan que debe cesar la actividad de la cámara para que pueda desarrollarse la campaña electoral para el referéndum del 1-O, a pesar de que no se trata de unas elecciones autonómicas en las que, previamente a las urnas, deban disolverse las cortes.
En realidad, se trata de una medida que busca impedir una nueva edición del bochornoso espectáculo vivido las semanas anteriores -en especial los pasados 6 y 7 de septiembre al aprobarse las leyes del 1-O- donde la Mesa del Parlament dirigida por Carme Forcadell, forzando todos los reglamentos parlamentarios, decidió amordazar los derechos de los representantes de la oposición. Cambiando sorpresivamente el orden del día, aprobando de forma exprés las leyes de desconexión, dando plazos ridículos -de apenas dos horas- a los grupos de la oposición para presentar enmiendas (y siempre parciales, no permitiéndose las enmiendas a la totalidad). Dando ante las cámaras y ante toda la sociedad catalana un ‘show’ que muestra las formas antidemocráticas de la mayoría parlamentaria independentista, dispuesta a imponerse como sea sobre la oposición.
Son conscientes de que ese espectáculo les hizo daño, escandalizado a una buena parte de los ciudadanos catalanes que, más allá de su posición ante la independencia o ante el 1-O, vivieron con vergüenza ajena las imágenes de televisión.
Las intervención en particular del portavoz de Catalunya Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, diciendo “estoy dispuesto a partirme la cara para que ustedes voten sobre la independencia de Cataluña, pero no si pisan los derechos de los diputados», remarcando que “los derechos de los diputados no pueden ser derogados. Esto no es democracia”, y preguntándose si “saltarse las leyes y los derechos de los diputados es la base del país que se pretende construir” les hizo especialmente daño, desenmascarándoles ante buena parte de la izquierda, la mayoría social clave donde se juega la batalla de la participación -o no- en el referéndum.
Por eso buscan que no se repita… cerrando el Parlament. No hay debate, no hay ‘show’, no hay lugar para rajadas como las de ‘Coscu’ que les agriete el maquillaje y que les obligue a enseñar la patita.
Otra muestra de que estamos ante un procés que no tiene nada que ver con el derecho a decidir, donde puedan expresarse y debatirse los diferentes posiciones políticas -dentro y fuera del Parlament- sino ante una estafa antidemocrática que sólo busca justificar una Declaración Unilateral de Independencia, o crear las bases para una mayor división, enfrentamiento y antagonismo en la sociedad catalana que permita un nuevo paso en esta huída hacia adelante, una nueva etapa del “cuanto peor, mejor”. Por eso ya les estorba no sólo el Estatut, sino también el Parlament.
Angel roldan lopez dice:
Esta perfecto. Dice toda la verdad. Eso no es democrático es una estafa No son conscientes de la que se puede liar y toda la culpa la tienen los independentistas que son minoría en cataluña. Como dice el artículo están haciendo todas las marrullerrías y artimañas para ganar el referendun cosa que no va a ser asi. Cataluña va a seguir siendo de españa y si alguna vez no lo es que sea por la legalidad y no sea antidemocratico