La Caí­da de las remesas acentúa la crisis para los más pobres en Latinoamérica

Las remesas de los inmigrantes y la crisis

En EL Salvador las remesas que enví­an estos inmigrantes suponen un 17% del PIB nacional.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) alertó sobre la caí­da fuerte de las remesas en América Latina, como consecuencia de la recesión en los aí­ses receptores de migrantes.Según publicaciones de la prensa extranjera, el BID señaló que el año pasado estos recursos apenas aumentaron uno por ciento en la región y El Caribe, pero que en el 2009 será negativo.De acuerdo con datos de la banca central guatemalteca, el fenómeno ya se sintió en este paí­s, pues en febrero último ingresaron 281.9 millones de dólares por concepto de remesas, 36 millones menos que el mismo perí­odo del 2008.Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, dijo en Washington que estos recursos son una fuente vital para millones de hogares en la región y que una disminución significa problemas sociales.Moreno expuso que la reducción traerá también dificultades para los gobiernos de los paí­ses receptores de remesas, al incrementarse las presiones para ejecutar programas sociales.Según el presidente del BID, el flujo en 2009 se verá afectado por la recesión en Estados Unidos, España y Japón, que son las principales fuentes de los enví­os a América Latina y El Caribe; en el caso estadounidense y español, el sector de la construcción, que da empleo masivo a migrantes, es uno de los más golpeados y tendrá repercusiones en toda la región.Otro de los factores que deprime las cifras es la implementación de controles severos contra los indocumentados y las multas contra las empresas que los contratan, acciones que obligaron la movilización de los latinos por todo Estados Unidos, alterando la fluidez de los enví­os, señaló Moreno.Datos del BID revelan que el total de las remesas a América Latina en 2008 fue de 69 mil millones de dólares, comparado con 68 mil 600 millones de 2007, lo que demuestra que apenas creció uno por ciento, pero que será peor en el 2009.En EL Salvador las remesas que enví­an estos inmigrantes suponen un 17% del PIB nacional, y por tanto se han convertido en un pilar fundamental de la estructura económica de El Salvador. Dí­as antes de las elecciones, congresistas estadounidenses amenazaron con bloquear las remesas si ganaba el FMLN. Es improbable que esto vaya a suceder, pero de cualquier manera, el nuevo Gobierno es consciente de la importancia de mantener estable este importante flujo monetario.El BBVA ha clausurado 130 de las 145 oficinas, dedicadas en exclusiva a los enví­os de dinero. No hay recuperación a la vista para las remesas, es el propio banco el que lo advierte para México, Perú y Ecuador. El enví­o ha caí­do un 22% en el cuarto trimestre de 2008 y va a ser difí­cil cambiar su rumbo hacia Quito: sólo en España hay 50.000 ecuatorianos desempleados. El presidente ecuatoriano está dispuesto a chocar espadas con la banca española. A la fuerza ahorcan: con una caí­da media de sus reservas de 500 millones de dólares cada semana, se aferra con las dos manos a un flujo equivalente al 5% del PIB, sobre el que se asienta la supervivencia de la dolarización del paí­s y de cinco millones de ciudadanos. Sólo en diciembre pasado, Ecuador perdió más del 30 por ciento de sus reservas internacionales mientras la crisis global hací­a caer el precio del petróleo, principal exportación del paí­s andino.Su administración no oculta que trata de optimizar las remesas con origen español para que no vayan a consumo sino a inversión. A cambio, el nuevo banco oficial permitirá a los ecuatorianos residentes en otros paí­ses enviar las remesas desde el lugar donde se encuentren y que sus familiares puedan retirar el dinero sin costo alguno; cuando el ciudadano quiera regresar a su nación tendrá un historial financiero y podrá acceder a un crédito con mayor facilidad.A pesar del panorama sombrí­o, el BID ve pocas evidencias de que los migrantes se estén preparándose para regresar ya que «han demostrado que se adaptan a condiciones difí­ciles», según Moreno. «Cambian de empleo, trabajan más horas, recortan gastos, se mudan de ciudad, hasta recurren a ahorros para seguir enviando dinero a sus familiares. El regreso a casa es una última opción», agrega. De hecho, el plan de retorno para los emigrados españoles ha tenido poca acogida entre los cinco millones de extranjeros que trabajan en España, según el BID.

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