El principal problema de la Europa del este es su deuda exterior. Cerca del 60% de todos los créditos húngaros están denominados en divisas extranjeras; en el caso de Letonia y Estonia esta cifra asciende a casi el 100%.
En el marco de la Cumbre de los G20 realizada en Londres, el titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Domique Strauss Khan dijo que los aíses de Europa Central y del Este deberían incluir el euro para afrontar los avatares de la crisis financiera mundial. Sin embargo, fuertes oposiciones europeas dejaron sin efecto la medida del la autoridad norteamericana. Entre las naciones incluidas se encuentra Ucrania, Letonia, Hungría, Turquía entre otras. En el caso de las dos primeras, estas ya comenzaron su proceso de aplicación, no obstante en Hungría la aceptación de las propuestas del FMI costó el cambio de gobierno.Según Strauss Khan dejar las divisas con las que estos países manejan su economía y apostar a lEuro les permitirá resolver la deuda internacional. No obstante, para que esto suceda, la eurozona deberá bajar las normas de ingresos, de modo que los estados que acepten puedan adaptarse a la receta del FMI.En tanto, «los miembros de la zona del euro, al igual que el Banco Central Europeo, se oponen a cualquier flexibilización de las normas de ingreso en la misma». Por su parte, la resistencia ciudadana, sumada a la de algunos países de Europa del Este y Occidente dejó sin efecto, hasta ahora, el consejo macroeconómico emitido por la entidad financiera.»Según el informe filtrado al diario británico, Financial Times, para cubrir sus necesidades de financiación, esos países requerirán este año el equivalente de 123.000 millones de dólares y 63.000 millones el año próximo, de las instituciones financieras internacionales, la Unión Europea y los gobiernos. Parte de ese dinero podría salir del propio FMI, pero el resto tendría que salir de otras fuentes, según el informe, incluida la propia Unión Europea», informa El Economista.El principal problema de la Europa del este es su deuda exterior. Cerca del 60% de todos los créditos húngaros están denominados en divisas extranjeras; en el caso de Letonia y Estonia esta cifra asciende a casi el 100%. La adopción del euro podría ayudar a la región a refinanciar los 413.000 millones de dólares (305.987 millones de euros) que vencerán este año, al imposibilitar una devaluación. Esto reduciría la necesidad inmediata de la región de fondos del FMI. Pero ese es todo. El problema de la deuda seguiría existiendo, sólo que denominado en otra divisa.El renacimiento del FMI tiene una explicación fácil: la posibilidad real de que el contagio vertiginoso de países emergentes por la crisis – notablemente, Europa del Este-acabe sometiendo a los bancos occidentales a una nueva oleada de morosidad letal, todavía más quizás que las hipotecas subprime. El Fondo calcula que, en el peor escenario, una crisis en los países del este requeriría operaciones de rescate por unos 200.000 millones de derechos especiales de giro, unos 230.000 millones de euros.Tras cometer el grave error de endeudarse en euros, «casi todos los países de la Europa del Este tendrán que recibir créditos del FMI y, aun así, subirán los impagos de bancos europeos y los gobiernos tendrá problemas a la hora de rescatar sus bancos. De ahí el nuevo amor europeo al Fondo. Las divisas de países desde Letonia hasta Rumanía, pasando por Hungría, están en caída libre. Los principales actores expuestos son bancos austriacos, alemanes, franceses e italianos.