Las primeras medidas de progreso y los límites que quieren imponer

Las primeras medidas anunciadas o puestas en marcha por el nuevo gobierno de Pedro Sánchez van a recuperar una parte del terreno perdido por los recortes y contribuir a mejorar las condiciones de vida y trabajo de importantes sectores del pueblo trabajador.

Pensionistas, trabajadores azotados por la precariedad y los bajos salarios, jóvenes y mujeres, ese 28% de niños afectados por la pobreza infantil o los inmigrantes excluidos de la Sanidad por los gobiernos del PP verán mejorada su vida por las medidas para volver a vincular las pensiones al IPC; para impulsar la subida de los salarios en los convenios hasta un 3% en los próximos dos años y la perspectiva de un salario mínimo de 1.000 euros y de una ley de igualdad salarial entre hombres y mujeres; por el plan de choque contra la violencia infantil; por la restitución de la Sanidad Universal; o por derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral.

Medidas como la derogación de la “Ley Mordaza”, con la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana van a restituir una parte sustancial de las libertades secuestradas por la “Ley Mordaza” del PP en lo que hace referencia a los derechos de reunión y manifestación, la libertad de expresión e información, la libertad sindical y el derecho de huelga. No podemos olvidar que varios centenares de sindicalistas han sido llevados a los tribunales por participar en piquetes informativos de huelga.

También la decisión del traslado inmediato de los restos de Franco del Valle de los Caídos, y convertir en lugar en un centro de la memoria, cierra una reparación histórica con los millones de españoles víctimas de la guerra y la represión franquista.

Las primeras medidas que está proponiendo el gobierno de Pedro Sánchez no solo favorecen las condiciones de vida inmediatas de la inmensa mayoría de la población, crean mejores condiciones para seguir avanzando en cada sector. La perspectiva de un salario mínimo de 1.000 euros favorece la lucha por la redistribución de la riqueza. O la recuperación del IPC como índice de revalorización de las pensiones refuerza la lucha por el blindaje constitucional de las pensiones para que estas conquistas nunca puedan volver a ser cuestionadas por la llegada de otro gobierno o fuerza política al frente del Ejecutivo.

Pero no solo eso, también abren camino a cambios más profundos que sirven a los intereses a más largo plazo de nuestro país y los ciudadanos.

En este sentido bajo la “derogación del impuesto al sol” anunciada por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lo que hay es todo un proyecto de transición energética basado en las energías renovables. Proyecto que sirve a la lucha contra el cambio climático, a fortalecer la soberanía nacional frente a la dependencia del petróleo y favorece la reindustrialización y la modernización de nuestro país potenciando nuestros propios recursos y un desarrollo sostenible.

La eliminación de los artículos más lesivos de la reforma laboral, aquellos que despojan de derechos a los trabajadores de las subcontratas o han degradado los convenios sectoriales y provinciales frente a los convenios de las grandes empresas, abre el camino para acabar con las reformas estructurales que han creado un nuevo mercado laboral basado en la superexplotación de la clase obrera, precario y de bajos salarios.

Y la decisión humanitaria de acoger los 629 migrantes del Aquarius, es también una apuesta por llevar al corazón de la “Europa alemana” que también es posible otra política progresista como exigen los pueblos, especialmente del sur de la UE, como España, Grecia y Portugal, especialmente castigados por las políticas de recortes y ajustes draconianos.

Todas estas medidas demuestran que se ha abierto una nueva oportunidad para el avance de las demandas que viene exigiendo la mayoría social, abriendo camino a las políticas de redistribución de la riqueza, la regeneración y ampliación de la democracia y la defensa de la soberanía nacional.

Sin embargo tenemos que ser conscientes que este es un camino que sólo acaba de empezar y ha de hacer frente a todo tipo de dificultades. Empezando por la vigtilancia reforzada y los límites que ya marcan los organismos internacionales dependientes de las grandes potencias en Washington y Berlín, para que no se toquen los límites del déficit, las reformas estructurales laborales y de pensiones o las superganancias de multinacionales, bancos y grandes monopolios.

Líneas rojas que también se trasladan al terreno militar. Como ha puesto de manifiesto, tanto la entrevista del Rey con Trump en la Casa Blanca, como ahora la carta de Trump a Pedro Sánchez, recordándole los compromisos de Rajoy con incrementar los gastos de Defensa hasta el 2%.

Hemos de saber aprovechar el empuje de la movilización popular -pensionistas, trabajadores , mujeres y jóvenes de todas las nacionalidades y regiones de España- para fortalecer la unidad en un amplio frente de progreso que permita que estas y otras medidas en el mismo sentido salgan adelante.

Una oportunidad que no debemos desaprovechar.

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