Barómetro sanitario 2008

Las perennes listas de espera

La apuesta por un sistema sanitario diseñado sobre la base de la universalidad y la equidad tiene una base y un respaldo social muy amplio. El Barómetro Sanitario señala que la mayorí­a cree que el sistema es equitativo en el acceso a las prestaciones sanitarias con independencia de que se sea mujer u hombre, anciano y joven, nivel social y nacionalidad.Y es que la capacitación de los profesionales, la cartera de servicios y la tecnologí­a disponible son tres de los aspectos mejor valorados de la sanidad pública. Siete de cada diez encuestados considera que la sanidad pública funciona bastante bien o bien con necesidad de algunos cambios. En una escala de puntuación de 1 a 10, la satisfacción general con el sistema sanitario público se sitúa en 6,3, mientras que en 2002 la media fue de 5,9 puntos.

La mayoría también refiere los servicios sanitarios públicos frente a los privados en atención primaria (62,9 por ciento frente a 31 por ciento), consultas de atención especializada (47,9 frente a 43,6), ingreso hospitalario (59 frente a 33,4) y urgencias (60,7 frente a 31,2). A pesar de todo el revuelo creado por el aumento de agresiones a los médicos y demás personal sanitario, los encuestados mostraron mucha o bastante confianza en la labor de los profesionales médicos (86 por ciento), de enfermería (85,8) y del resto del personal sanitario (80,5). El 90,4 por ciento de los encuestados nunca ha sufrido un error asistencial en su entorno próximo. Sin embargo, las listas de espera son uno de los principales caballos de batalla a los que no se ha dado respuesta. El Barómetro Sanitario de 2008 dice que más de la mitad (50,2 por ciento) opina que la situación de las listas de espera no ha cambiado ni en consultas ni en hospitalización, e incluso el 34,1 por ciento de los españoles cree que las autoridades sanitarias no están tomando iniciativas destinadas a mejorar las demoras. Lo peor valorado es el tiempo de espera en la sala de consulta y el que se tarda en hacer las pruebas dianósticas en atención primaria. El retraso en las pruebas dianósticas y lo que tarda el médico en ver al enfermo desde que uno pide cita es lo peor en la atención especializada ambulatoria. La demora en el ingreso no urgente, el número de personas con las que hay que compartir habitación es lo peor valorado en la atención hospitalaria. Casi un 36 por cien de los encuestados consideró que no fueron atendidos en urgencias con mucha ni bastante rapidez.

Deja una respuesta