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Las pérdidas en ayudas a la banca disparan el déficit y la deuda del Estado

Las ayudas a la banca se traducen ya en números rojos en las cuentas del Estado. Y propulsan la deuda pública hasta niveles inéditos en un siglo. Tras la entrega del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013 en el Congreso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se explayó este sábado en defender la propuesta como “palanca para salir de la crisis”. Y se afanó en rebatir las críticas por el uso de unas previsiones demasiado optimistas. Pero el impacto multimillonario de las inyecciones en la banca reclamó todo el protagonismo.

“Voy a darles una información adicional”, dijo Montoro a los periodistas después de su detallada presentación. Lo que vino a contar después es que hay dudas más que razonables de que miles de millones inyectados por el Estado español desde 2010 en bancos en problemas puedan recuperarse. Eso, la perspectiva de que el dinero del contribuyente pueda llegar a perderse —justo lo que niega todo Gobierno que presenta una reforma financiera en tiempos de crisis—, en el lenguaje de la contabilidad se traduce en más déficit público: en 16.660 millones más que engrosan los saldos presupuestarios negativos de 2011 y 2012.La minúscula explicación que ofreció el ministro de Hacienda fue la siguiente: por efecto de esas pérdidas potenciales de las inyecciones en la banca, el déficit público de 2011, equivalente al 8,96% del PIB, pasa a ser del 9,44% (5.104 millones más) . Y se estima que 2012 cerrará con un déficit del 7,4%, y no del 6,3% como estaba previsto, al computar el deterioro contable de préstamos y participaciones en el sector bancario (11.556 millones más).“Ojalá no hubiésemos tenido que hacer estas operaciones, pero tenemos que sanear la banca para recuperar el crédito”, indicó Montoro. Muchas de las operaciones se hicieron bajo mandato del anterior Ejecutivo del PSOE, pero las actuaciones para auxiliar a la banca fue una de las pocas áreas en las que socialistas y populares se pusieron de acuerdo. Pese al apunte contable, Montoro insistió en que no se perderá dinero del contribuyente. “Son recursos públicos que las entidades se han comprometido a devolver”, dijo.Hacienda no dio detalle alguno de qué inyecciones a la banca computan ahora como déficit, una información que debe suministrar a la agencia estadística Eurostat, que dictaminará si los ajustes están bien hechos a finales de mes.

Pero está en cuestión toda la ayuda concedida por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) al amparo de las dos reformas socialistas (en 2010 y 2011), que suma más de 14.000 millones. Y queda por despejar la incógnita de si se ha consignado alguna pérdidas por operaciones de 2012, como el adelanto de 4.500 millones a BFA-Bankia. Por lo pronto el FROB ya puso a cero el valor contable de más de 11.000 millones en préstamos y participaciones accionariales en BFA-Bankia, Catalunya Banc y NGC Banco, las tres entidades nacionalizadas de mayor fuste.

El repunte del déficit por las inyecciones en la banca dejó en el aire otra duda. Con el ajuste, el saldo presupuestario de 2012 (-7,4%), supera el objetivo pactado con Bruselas (-6,3%). Y el cumplimiento de ese objetivo es el principal argumento del Gobierno para defender que, en caso de que el Estado español pida el rescate del Eurogrupo para financiarse, no se impondrían nuevos recortes o subidas de impuestos. “Esto no computa para la corrección del déficit, no habrás más ajustes”, dijo Montoro, quien se amparó en que son gastos que se contabilizan una sola vez, que el ajuste es automático al año siguiente. Bruselas tendrá la última palabra.

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