Ahora más que nunca...

¡Las pensiones a referéndum!

Gobierno, sindicatos y CEOE han llegado a un acuerdo para recortar las pensiones. Aunque aún no se conocen todos los detalles, lo sustancial es, en primer lugar, que para poder jubilarse a los 65 años con el 100% de la pensión, será necesario tener cotizados 38,5 años. Si no se alcanzan, la jubilación pasará a ser a los 67. En segundo lugar, que los años para calcular la cuantí­a de la pensión se alargarán desde los actuales 15 años a los 25.

Se resente como se presente, la resultante final del acuerdo es que las imposiciones de Washington y Berlín en este terreno serán aprobadas. La inmensa mayoría de trabajadores y autónomos vamos a estar condenados a jubilarnos a los 67 años y a recibir una pensión menor.A partir de ahora, van a utilizar multitud de argumentos para tratar de vender a la opinión pública las “bondades” del acuerdo. Nadie debe dejarse engañar. Exigir 38,5 años de cotización para poder jubilarse a los 65 es condenar al 90% de la población a jubilarse a los 67 años. Es decir, a trabajar dos años más y cobrar dos años menos de pensión. Ya en el 2006, antes de que estallara la crisis, la media de años cotizados de los que se jubilaron ese año fue de 34,4 años. Tras la crisis, la escalada del paro, el abaratamiento del despido y la flexibilidad en la contratación hacen prácticamente imposible para nadie poder jubilarse a los 65 con el 100% de pensión. Ampliar hasta 25 años, desde los 15 actuales, el periodo computado para calcular la cuantía de la pensión es reducir las futuras pensiones entre un 15 y un 20% adicional. Cuantos más años se cuentan para sacar la media, más salarios antiguos, y por tanto menores, entran en el cálculo. Y más se reduce la pensión que cobraremos. Los “beneficios para jóvenes y mujeres” que el gobierno y sus medios exhiben como un gran “avance social” son ridículos en comparación con lo que perdemos. En el caso de los jóvenes, sólo beneficiará a los becarios –una pequeña parte, que excluye a toda la juventud trabajadora–, que podrán sumar sus prácticas como años cotizados, con un límite de dos años. Lo mismo que ocurrirá con las mujeres, que podrán contar hasta nueve meses de cotización por el periodo de cuidado de hijos. Pero esta medida no afectará a todas las mujeres, sino sólo a quienes han interrumpido su vida laboral para tener hijos, algo que sólo una minoría puede permitirse. Y con un tope máximo de 2 años. ¿Pero una de su grandes mentiras para justificar los recortes no es que el descenso de la natalidad hace inviable el actual sistema público de reparto? ¿Entonces por qué castigan que tener más de dos hijos sea una penalización para las pensiones de las mujeres? Van a tratar de presentar el acuerdo como “una gran noticia” para la “sostenibilidad del sistema” y para la “credibilidad de la economía española ante los mercados internacionales”, cuando es una agresión intolerable contra las condiciones de vida, presentes y futuras, del 90% de la población. Para nosotros, pero también para nuestros hijos, nietos y biznietos. Lo acaba de ratificar uno de los más cualificados portavoces de la clase dominante española, el diario El País, al valorar el acuerdo: “La importancia de la reforma es que rompe con la idea de que el sistema de pensiones es intocable e instaura el precedente de que puede revisarse periódicamente para corregir las deficiencias sin que ello constituya un drama social.” Es decir, a este recorte seguirán otros. Y en el horizonte aparece la jubilación a los 70 años y la ampliación a toda la vida laboral del periodo computado para calcular la cuantía de la pensión. El acuerdo firmado no es otra cosa que la aplicación de las exigencias del FMI y el Bundesbank para empobrecernos a nosotros y que las grandes oligarquías mundiales puedan seguir enriqueciéndose a nuestra costa. Y la enésima demostración de una clase política, encarnada y encabezada por Zapatero, total y servilmente entregada a ejecutar sus planes. Por eso, ahora más que nunca ¡LAS PENSIONES A REFERÉNDUM! ¡Qué error, qué inmenso error! Las direcciones de CCOO y UGT han cometido un error, un inmenso error, aceptando este brutal recorte. Posiblemente llevados por la errónea creencia –común a buena parte de la izquierda– de que no existe otra alternativa posible y sometidos a toda clase de presiones y chantajes, de trampas y amenazas por el gobierno, han dado un paso atrás con respecto a la línea de unidad, movilización y respuesta popular emprendida el 29-S, plegándose y aceptando lo inaceptable. Ello no quita, sin embargo, para seguir reclamándoles a la unidad y exigiéndoles que apoyen la exigencia del referéndum sobre las pensiones. Esta es una exigencia mínima inexcusable para cualquier demócrata. ¿Que consideran que este pacto era el único o el menos malo posible? Muy bien, pues que lo defiendan abiertamente y muestren sus argumentos ante la población. Y, sobre todo, que den a la gente la capacidad de expresarse y de decidir sobre una cuestión que afecta directamente a nuestro futuro. No hay excusa posible para rechazar una medida básica de ejercicio de la democracia y la soberanía popular. La ira expresada contra las cúpulas de los sindicatos mayoritarios por muchos de los manifestantes convocados el 27-E por los sindicatos nacionalistas y CGT contra la reforma de las pensiones puede ser comprensible para algunos, pero políticamente es inadmisible. Nuestros enemigos en esta batalla no son Toxo y Méndez, sino las grandes potencias encabezadas por EEUU y Alemania que son las que han puesto sobre la mesa un proyecto para rebajarnos el 30 ó el 40% de nuestros salarios y rentas. Y un gobierno y una clase política sumisa y vendepatrias dispuesta a ejecutar sus planes. Confundir el blanco, ampliándolo a CCOO y UGT, es hacer el juego a nuestros enemigos, permitiéndoles presentar la oposición al recorte de las pensiones como algo propio de sectores marginales (o incluso violentos antisistema), dividiendo y debilitando así las filas de las fuerzas populares. Para Zapatero, como correveidile de Obama y Merkel, alcanzar un acuerdo con los sindicatos mayoritarios se había convertido en una cuestión vital. Ahora hemos sabido que desde mediados de diciembre se ha reunido al menos cuatro veces con Toxo y Méndez. Y que el acuerdo alcanzado ha sido tras varias horas de reunión en privado entre ellos tres. ¿Qué argumentos ha usado Zapatero para torcer el brazo de los dirigentes sindicales? ¿Por qué no se hacen públicos los contenidos de esas conversaciones? Se han pasado semanas intentando convencernos del fracaso del 29-S, pero ahora han echado toda la carne en el asador para impedir que, de ninguna manera, pudiera ocurrir algo parecido en torno a las pensiones. Su empeño en alcanzar a toda costa un acuerdo con los sindicatos en el asunto de las pensiones –cosa que no les importó con la reforma laboral– demuestra cómo en esté asunto se saben más débiles y aislados que en cualquier otro. Pueden haber conseguido forzar a las cúpulas sindicales, pero la inmensa mayoría de los cuadros y bases de CCOO y UGT están furibundamente en contra del recorte de las pensiones, y no va a resultarles nada fácil que consigan que se traguen el “sapo”, como dijo Méndez al iniciarse las negociaciones. No debemos caer en la trampa de que no hay nada que hacer y todos tenemos que resignarnos porque desde la mayoría del parlamento hasta las direcciones de los dos principales sindicatos han aprobado la reforma. Nuestra fuerza sigue siendo hoy la misma que ayer: el 90% de la población se opone a ella y en ese punto es donde nuestro enemigos están más débiles y aislados, incluso aunque hayan conseguido sumar nuevas fuerzas, que necesariamente serán inestables y vacilantes si redoblamos la presión, la exigencia y la movilización popular. La campaña por la exigencia de un referéndum donde la población pueda pronunciarse sobre las pensiones, debe redoblarse. Si ellos han sumado fuerzas en los últimos días, nosotros también. Hace sólo dos días que el partido nacionalista Aralar –que cuenta con 4 diputados en el parlamento vasco, 5 en el de Navarra, 130 concejales, 8 alcaldes y un diputado nacional en la alianza Nafarroa Bai– se pronunció públicamente por la exigencia de un referéndum sobre las pensiones, para “conocer de primera mano la opinión de la ciudadanía en torno a un tema tan fundamental y sensible como éste.” Y en el seno de IU empiezan a abrirse paso las voces que reclaman la necesidad de exigir algún tipo de referéndum para que la gente decida sobre unas reformas que no estaban contempladas en ningún programa electoral, y por tanto nadie las votó. Si ellos han conseguido neutralizar momentáneamente a las direcciones sindicales, nuestra respuesta sólo puede ser conseguir que las bases y las organizaciones locales de los sindicatos se conviertan en uno de los motores principales en la batalla por el referéndum. Bienvenida Frau Canciller La urgencia del gobierno Zapatero por aprobar antes del 28 de enero dos medidas tan brutales como el recorte de las pensiones y una reforma de las cajas que permita su venta al capital extranjero es inseparable de la llegada, el 3 de febrero, de Merkel a España para participar en una cumbre hispano-germánica. Zapatero se presentará así ante Merkel con los “deberes hechos”. Lo hemos dicho recientemente, y la realidad no hace más que confirmarlo: habría que remontarse seguramente al reinado de Fernando VII para encontrar a un gobierno como el de Zapatero, tan dócil y sumiso a los dictados del extranjero, tan dispuesto a entregar, desguazar y vender a trozos a España. En mayo, ante la llamada de Obama, no tuvo la más mínima vacilación o inconveniente para dar un giro de 180º a su discurso y pasar a congelar las pensiones, rebajar el sueldo a los funcionarios, aplicar severos recortes en los gastos sociales, aprobar una reforma laboral para hacer más fácil y barato el despido y acometer la primera reestructuración de las cajas de ahorro. En noviembre, Merkel y Sarkozy exigieron una nueva vuelta de tuerca, y el dócil y sumiso Zapatero suprimió las ayudas a los parados, privatizó Aena y la lotería, puso fecha fija para el recorte de las pensiones y ha aprobado una reforma para las cajas de ahorro que las entrega atadas de pies y manos al capital extranjero. A comienzos del siglo XIX, el nefasto Godoy entregó la península ibérica a las tropas napoleónicas a cambio del título de “príncipe de la paz” y de la corona de un ilusorio reino en el Algarve portugués. Dos siglos después, Zapatero desguaza y vende España, nos entrega a Washington y Berlín sin recibir, que sepamos, nada a cambio. Como dijo alguien una vez, “todo es empeorable”. Con la mirada puesta en Alemania L. A. La escenificación del acuerdo de pensiones como base para un pacto social más amplio es casi tan importante para el Gobierno como el contenido de lo acordado. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, convocó ayer a una comida a los líderes sindicales de UGT, Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, para cerrar los flecos de esa presentación pública. La foto de conjunto a la que hasta ahora han sido tan remisos se producirá previsiblemente el 2 de febrero, según fuentes de ambas partes. La fecha no es azarosa. Un día después de la firma, el 3 de febrero, se celebrará en Madrid la cumbre bilateral entre España y Alemania. El encuentro reunirá al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la canciller alemana, Angela Merkel. Y los sindicatos han sido invitados, aseguran fuentes de la negociación, lo que permitirá presentar ante la mandataria germana una imagen reformista avalada por el acuerdo. “Los alemanes y los franceses son nuestros principales acreedores”, subrayan fuentes sindicales. Merkel es, además, la dirigente europea que más ha insistido en reclamar reformas y reducción de desequilibrios a los países con déficit excesivo, en particular a España. La última vez que el Gobierno, la patronal y los sindicatos posaron sonrientes para enarbolar el diálogo social fue el 18 de junio de 2008, poco después de la segunda victoria electoral del PSOE. Paradójicamente aquel día Zapatero proclamó: “El sistema de pensiones es sólido”. EL PAÍS. 28-1-2011

Deja una respuesta