El presidente de Estados Unidos visita España

Las necesidades de la OTAN y el nuevo gobierno en la agenda de Obama

Obama visita España del 9 al 11 de julio, 15 años después de la visita de George Bush, el último presidente norteamericano en visitar España bajo gobierno de Aznar. La visita se ha programado sólo quince dí­as después de las elecciones, en pleno proceso de formación de gobierno. Y cuando España está cada vez más implicada en la formación de las nuevas fuerzas de intervención rápida de la OTAN. ¿A qué viene el presidente de Estados Unidos en un momento tan especial?

A seis meses para dejar la presidencia de Estados Unidos, el presidente Obama no viene a despedirse, sino a fortalecer las nuevas exigencias fijadas para sus aliados europeos, en un país subordinado y dependiente como España, y uno de sus bastiones militares en el flanco sur de Europa. Y, por otra parte, tutelar la formación del nuevo gobierno de acuerdo a los intereses del gran capital norteamericano.

En su discurso del 25 de abril pasado en la Feria Tecnológica de Hannover, ante Ángela Merkel y los principales líderes europeos, Obama fijó esas exigencias: una mayor contribución militar y económica a las necesidades bélicas de la superpotencia. «Obama no viene a despedirse, sino a fortalecer las nuevas exigencias fijadas para sus aliados europeos y tutelar la formación del nuevo gobierno«

Según el presidente, “Europa debe hacer más” en los conflictos internacionales abiertos, participando en primera línea, tanto frente a Moscú, como en la guerra de Siria y el yihadismo. Así mismo contribuir más a los gastos de Defensa, al menos con un 2% del PIB, aún a costa de recortar los sistemas públicos de sanidad o educación. Y agilizar las negociaciones para la firma del Tratado de Libre Comercio (TTIP) entre EEUU y la UE.

La base de Rota puerta de entradaAunque aún no conocemos la agenda completa, los detalles que se van conociendo hablan por sí solos del carácter y objetivos de la visita.

El presidente Obama llegará a España directamente desde la cumbre de la OTAN en Polonia. Será recibido por el rey Felipe VI en Sevilla, y su primera visita será a la base norteamericana de Rota.

Las bases americanas de Rota en Cádiz y la de Morón, junto con la Bétera en Valencia, son los mayores ejemplos de la acelerada integración de nuestro país en la estrategia militar norteamericana.

Rota acoge el escudo antimisiles; Morón se ha convertido en la base permanente de los marines para la intervención en África: y desde Bétera se dirigen las nuevas fuerzas de intervención rápida de la Alianza Atlántica.

Como decía el comunicado de la Casa Blanca en el que se anunciaba la visita: Obama visita “un importante aliado de la OTAN”, remarcando la “sólida cooperación en materia de seguridad”. O dicho de otra manera, convertir Rota en la puerta de entrada de una visita de Estado deja bien claro el primer y principal objetivo de Washington: asegurarse que España siga cumpliendo el nuevo papel asignado en los planes militares del Pentágono y contribuya económicamente con más impuestos de guerra.

Tutelar la formación del GobiernoLa siguiente etapa Madrid. El presidente de los Estados Unidos volará de Sevilla a Madrid, para entrevistarse con el presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y mantener reuniones con los líderes políticos de los principales partidos: Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos), según lo previsto en el programa provisional de la visita.

Fuentes de la embajada americana en Madrid consideran que estas reuniones con los líderes de la oposición son normales, una “práctica habitual de los altos responsables de la Administración norteamericana”. Subrayando que durante la visita del secretario de Estado, Jonh Kerry, en octubre de 2014, se entrevistó con Pedro Sánchez. Y que las relaciones con Podemos son fluidas desde que el embajador, James Costos, se reuniera por primera vez con Pablo Iglesias en marzo del año pasado.

El problema no es si son normales, sino para qué se reúnen.

De entrada, no parece una práctica muy democrática programar una visita y reuniones con el Jefe del Estado (el rey Felipe VI) y con todos los que aspiran a formar gobierno cuando están en pleno proceso de negociación. Al contrario, es fácil imaginar que si el presidente de la primera potencia mundial, con poderosos intereses en nuestro país, viene a mantener esas reuniones es para intervenir en el proceso y de alguna manera tutelar la formación del nuevo gobierno. Poniendo sobre la mesa todos los instrumentos de disuasión o presión a favor de aquellas opciones que más favorecen los intereses de la superpotencia. «El presidente de EEUU llegará a España directamente desde la cumbre de la OTAN en Polonia y su primera visita será a la base norteamericana de Rota«

No sería la primera vez que Obama interviene para reconducir la política nacional. Lo hizo en mayo de 2010, sin necesidad de visitar España, con una llamada al presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, para exigirle un giro radical de su política económica, inicio de las políticas de recortes y reformas que nos vienen saqueando desde hace ya más de seis años.

El propio comunicado de la embajada norteamericana en Madrid anunciando la visita da las claves que el presidente y los altos cargos de Estados Unidos pondrán sobre la mesa, auténticas líneas rojas bajo las que debería constituirse el gobierno de España.

España debe subordinar su política exterior a las necesidades de la OTAN y la estrategia militar de Estados Unidos. (“La visita a España, un importante aliado de la OTAN, remarcará la sólida cooperación en materia de seguridad. (…) en particular en materia de defensa de misiles balísticos”.) Incluyendo el aumento de los presupuestos militares.Se deberán mantener las políticas de recortes y proteger los intereses de las multinacionales y los fondos norteamericanos que campan a sus anchas por nuestro país en busca de las riquezas nacionales. ( “Muchas empresas estadounidenses están buscando oportunidades de inversión debido a su economía y una fuerza de trabajo productiva que hacen de España un destino inversor atractivo”.) Lo que también significa, aunque no se diga expresamente, el apoyo a la firma del TTIP.

Un informe confidencialQuizás sea el momento de recordar, una vez más, el informe dirigido por un antiguo miembro de los servicios secretos norteamericanos en 2013 al entonces embajador norteamericano en España, Alan D. Salomon. En ese informe, después de constatar cómo la corrupción y el desprestigio están destruyendo la credibilidad de la clase política española y el riesgo de una explosión social que coloque al país “al borde de un cambio de Régimen”, señalaba cómo -en un delicado momento estratégico por el que atraviesa la dominación global de EEUU- no puede permitir que una pieza militar clave para el Norte de África y Oriente Medio como España entre en un periodo de desestabilización política, social y económica descontrolado.

Proponía que, como ocurrió en los años 70 con la transición, las grandes potencias imperialistas con intereses en España se coaligaran para “ayudar a controlar” la situación española, o en su caso, pilotar una “segunda transición”. Y aunque avisaba de la inexistencia en aquellos momentos de nuevos dirigentes políticos no contaminados, concluía asegurando que “llegado el momento los nuevos protagonistas de la reforma aparecerán”.

El silencio de los principales dirigentes políticos de las cuatro fuerzas que aspiran a formar gobierno durante la campaña electoral sobre los temas que hay en la agenda de la visita de Obama ofrece poca confianza. La visita del presidente Obama refuerza la dependencia y subordinación de nuestro país a los intereses norteamericanos. No sólo por la actuación del jefe hegemonista, sino también por la posición claudicante de la vieja y nueva clase política, que acepta como ineludibles las exigencias de Washington y el Pentágono. Y renuncia a que nuestro país tome sus propias decisiones sin imposiciones exteriores, de acuerdo con nuestros intereses como país y de los intereses de la inmensa mayoría de la población.

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