Pensiones de viudedad

Las más pobres de España

Así­ empieza el SOS de una viuda vasca lanzada a través de su carta al director de El Correo: «las mujeres que trabajamos duramente en nuestra juventud y compramos un piso con muchí­simo esfuerzo, ahora tenemos que afrontar los mismos gastos, enteros, sin mitades, con la mitad del sueldo que cobramos. El agua, basuras, teléfono, comunidad… Y ahora nos llega el pago de la Contribución Urbana. Esta si que es gorda. Toda la paga del mes para la contribución. (…) acudo a usted para lanzarle un SOS de socorro para este colectivo, que tiene mucha miseria pero también mucha dignidad»

Es estos términos se exresa esta viuda y no le falta razón. Y si nos adentramos en el problema, nos encontramos una administración que en vez de intentar resolver el problema, se las ingenia para elaborar los más extravagantes atajos para poder esquivar sus demandas.Hace años ya, se aprobó una Ley que permite compatibilizar el SOVI (Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez) con las pensiones de viudedad de la Seguridad Social, hasta entonces incompatible. Pero en los hechos resultan las historias más increíbles, puesto que para una gran mayoría de dicho colectivo es como sino se hubiera aprobado nada.Y es que una buena parte de estas viudas, las de menores recursos justamente, las que “heredaron” de sus difuntos esposos una pensión de viudedad con un componente de “complemento a mínimos”, éstas, precisamente las más pobres no recibirán ni un céntimo de más. Son las que se quedan fuera de la Ley.Así una de estas viudas, Josefa F.I, nacida en 1918, al enviudar tuvo que elegir entre la prestación de miseria que cobraba del SOVI, a la que tenía derecho como cotizante y entre la pensión mínima de viudedad. Es decir entre 313,21 euros (SOVI) o la pensión 438,71 euros. Pero el asombro fue mayor cuando aprobada la Ley, solicitó de nuevo el complemento. Así se le aprobó, pasó a cobrar los 313,21 euros, PERO, la pensión de viudedad se le redujo a 125,50 euros. Echen las cuentas: sí, las ha hecho bien, suma la misma cantidad de lo que cobraba antes.Nuestras viudas son el ejemplo más descarnado, de la posición que tenemos las personas en el capitalismo. Toda una vida trabajada, de extracción de plusvalías, que cuando dejas de producirla, ya no vales nada. A no ser, cómo se está empezando a hacer, que los bancos te apoyen con una ayuda extra a cambio de quedarse con tu casa.Esta viuda clama de cómo ningún impuesto se le reduce a la mitad como si se le reduce la pensión. Pero los grandes monopolios y bancos apenas aportan un 1% de impuesto de sus multimillonarias ganancias.Sólo el sueldo del presidente del BBVA, daría para mantener a 38.000 viudas.No, no es nada justo.

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