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Las luchas fiscales de EE.UU. amenazan a la recuperación de la economí­a

El enfrentamiento en Washington por el presupuesto de Estados Unidos está asustando a empresas y consumidores, lo que amenaza la recuperación del país, incluso si los legisladores evitan una paralización del gobierno o una potencialmente catastrófica cesación de pagos sobre la deuda soberana estadounidense.

Los choques han elevado la incertidumbre y han derribado la confianza. Un barómetro del riesgo ligado a la deuda del gobierno estadounidense ha subido. A pesar de pocas señales de angustia en los mercados, economistas advierten que meses de estrategias arriesgadas de los dos bandos nublarán el panorama incluso sin una cesación de pagos del gobierno.

«Las empresas estadounidenses tienen esta… mentalidad en la que nadie quiere tomar una decisión porque no se tiene idea de que pasará a la vuelta de la esquina», dijo Jeremy Flack, presidente de Flack Steel, un distribuidor de acero de Cleveland. «El gobierno necesita transmitir un sentimiento de solidez sobre los asuntos estatales, y están haciendo exactamente lo contrario».

El punto muerto en el que se encuentra el Congreso se produce en momentos en que la economía trata de ganar tracción más de cuatro años después del fin de la recesión. Los consumidores están mejorando lentamente las finanzas de los hogares, las empresas están impulsando a un ritmo modesto la contratación de personal, el mercado inmobiliario está recuperando terreno perdido, y aunque el Promedio Industrial Dow Jones y el S&P 500 cayeron cada uno 1% la semana pasada, no están lejos de sus máximos históricos. La mayoría de los inversionistas dice que están más preocupados con las decisiones a corto plazo a cerca del programa de compra de bonos de la Reserva Federal que de las noticias que salen del Capitolio.

Pero la confianza de los consumidores estadounidenses cayó este mes a un mínimo de cinco meses, según un cálculo de la Universidad de Michigan dado a conocer el viernes. La confianza de las empresas también se ha hundido. Un sondeo de Business Roundtable, un grupo comercial al que pertenecen presidentes ejecutivos de grandes empresas, encontró que la mitad de los altos gerentes dijo que las peleas por el presupuesto están perjudicando sus planes de contratación de personal.

«Queremos encontrar líderes que dirijan y ofrezcan compromisos, porque no hacerlo tendría un impacto serio en el crecimiento económico en este país», dijo hace unas semanas Jim McNerney, presidente de la junta del grupo y presidente ejecutivo de Boeing Co.

El viernes, 236 organizaciones empresariales (incluyendo Business Roundtable y la Cámara de Comercio de EE.UU.) les escribieron a los legisladores pidiéndoles que mantengan el gobierno funcionando, eleven los límites de endeudamiento federal y dirijan su atención a preocupaciones presupuestales más antiguas, como el gasto en programas como Medicare y el Seguro Social.

Una guerra fiscal puede perjudicar la economía directa e indirectamente. El recorte de servicios gubernamentales, ya sea de forma temporal en una paralización, o de forma permanente a través de reducciones de gastos, puede perturbar una amplia gama de comercio y golpear a trabajadores estadounidenses en empresas ligadas al sector público. De forma indirecta, el fastidio resultante de las interrupciones junto con la amenaza de perjuicio para los mercados y la economía puede minar la confianza y pesar sobre los planes de las empresas.

Incluso una corta paralización del gobierno puede afectar negativamente la economía. Economistas de Morgan Stanley estiman que cada semana de paralización restaría 0,15 puntos porcentuales del ritmo trimestral del Producto Interno Bruto. (El PIB creció a una tasa anualizada de 2,5% en el segundo trimestre, según el estimado del gobierno más reciente). Eso no tiene en cuenta el daño indirecto a la confianza de los mercados.

La relativa calma del mercado bursátil en semanas recientes puede estar ocultando daños potenciales por venir. Los inversionistas, que suelen concentrarse en preocupaciones a corto plazo, a menudo solo reaccionan a último minuto. Eso pasó hace dos años, cuando los legisladores pactaron hasta último momento a finales del primer y segundo trimestre de 2011 para evitar una paralización del gobierno y una cesación de pagos sobre la deuda. Otro acuerdo, orquestado en las últimas horas de 2012, evitó los recortes presupuestales y cambios tributarios conocidos como «abismo fiscal».

Romper los límites de endeudamiento y cesar el pago de la deuda de Estados Unidos sería algo sin precedentes y plantearía un riesgo económico aún más grave, ya que podría elevar los costos de endeudamiento para EE.UU. y empañar la calificación de crédito del país. La pelea podría agitar los mercados financieros como lo hizo a fines de julio de 2011, cuando el enfrentamiento en Washington llevó a que Standard & Poor’s rebajara la calificación de crédito del país triple A, lo que a su vez contribuyó para que el Promedio Industrial Dow Jones cayera 16% en los meses subsiguientes.

La mayoría de los observadores cree que en esta ocasión es probable que una cesación de pagos se evite con un acuerdo de última hora, como sucedió hace dos años.

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