Batiscafo

Las lecciones de la contienda electoral del 14 de marzo

La alta densidad de certámenes electorales a lo largo del tiemo es una característica de la sociedad colombiana. Casi no pasa un año sin que tengamos un proceso electoral, y hay años con tres y hasta cuatro elecciones. El año pasado fueron las consultas de los partidos, este las parlamentarias, la primera vuelta presidencial y muy seguramente la segunda, y eso que nos libramos del referendo reeleccionista; el año que viene serán las elecciones departamentales y municipales. Pareciera que el tiempo en Colombia se contara de elección en elección, no de año en año.Una buena pregunta para el ciudadano de a pié es si tantas elecciones son un síntoma de fortaleza de nuestra democracia, o si por el contrario, lo que expresan es la existencia de una democracia fachada, cuyo principal cometido es ocultar lo que es, su verdadera naturaleza, repitiendo insistentemente una puesta en escena de lo que no es.Quien examine el trámite del pasado evento, antes de analizar sus resultados, encontrará en él la explicación de éstos. Quien analice los resultados sin ligarlos con la manera en que se llevaron a cabo, sacará conclusiones absurdas, tales como las de los voceros del gobierno, de algunos medios y de los ganadores dentro de los partidos políticos de la coalición uribista, que afirma que estas fueron las elecciones más tranquilas y limpias de la historia. Veamos.1. Los aparatos gubernamentales funcionaron a plenitud en la labor de colocar el presupuesto oficial al servicio de la causa de sus favoritos. En el caso concreto de Antioquia, el piso 12 de la Gobernación se convirtió en el centro de dirección de una campaña para Senado, en la que se definía como en el circo romano, a quien le tocaba el turno de sucumbir, y a quien el de sobrevivir. El Gobernador y sus principales Secretarios no escatimaron esfuerzos para filar alcaldes, contratistas y funcionarios.Con todo y eso, la candidata de la administración de las “manos a la obra”, quedó de segunda; la primera votación se obtuvo principalmente a base de enormes recursos económicos, que con toda seguridad, no van a aparecer registrados en los libros de contabilidad que se entregan al Consejo Nacional Electoral.Otras campañas, no agenciadas desde la gobernación, tuvieron todo el empuje de aparatos como el de Acción Social de la Presidencia de la República, o los institutos descentralizados, de la misma forma: arriando beneficiarios de programas asistencialistas a votar por determinados candidatos y compeliendo a contratistas y funcionarios a lo propio2. Los descomunales caudales de dinero, funcionaron de tal forma que en muchos municipios, las campañas de algunos candidatos contrataron la totalidad del servicio público de transporte, y casi todos, una cantidad de “pregoneros”, o “impulsores pedagógicos” que en algunos casos superaban el 5% del total de la población, y en otros fueron similares e incluso mayores que el número de votantes por el candidato que los contrató. Esto lo que se vio y se puede probar. Peor es lo que a pesar de haberse visto, no se puede probar, por la simple razón de que los únicos testigos, son los implicados: el que compra y el que vende el voto.3. Al POLO por otra parte, le fue decretada una verdadera campaña de saqueo por parte de la Administración Municipal de Medellín, la que através de cargos, contratos y promesas, le sonsacó a sus dirigentes más vacilantes, no muchos, pero si suficientes para hacer un daño importante.4. En lo nacional, el Presidente de la República, quien hábilmente aprovecha el hecho de que la Comisión de Acusaciones de la Cámara, que es su juez natural, jamás abrirá una investigación en su contra, y que si lo hace tienen la certeza que lo absolverá rápidamente, participa abiertamente en política y estigmatiza al POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO como receptor de ayuda del gobierno venezolano, a sabiendas que la réplica se oirá muchísimo menos que su temeraria acusación.5. Las discusiones internas del POLO, que existen y no dejan de ser un inconveniente, sobre todo si se ventilan públicamente, han venido siendo magnificadas por los medios en tal proporción, que cuando Andrés Felipe Arias y Nohemí Sanín se sacan virtualmente los ojos, lo reseñan como una disputa normal, pero cuando dos dirigentes del POLO se enfrentan acerca de alguna divergencia táctica o programática, se presagia el fin del partido. Y en esto se incluye la muy planificada y orquestada campaña contra la administración distrital de Bogotá, en la que se pretende deslegitimar al POLO, aprovechando todo tipo de argumentos, desde la crítica a desaciertos verdaderos, hasta la calumnia y el engaño.La combinación del uso de las finanzas y los aparatos estatales, de caudales inmensos de dinero a favor de los candidatos oficiales, y la campaña oficial de estigmatización y descrédito, fueron el escenario en el que se celebraron las “limpias” elecciones.De esta forma, la votación nacional del POLO, que finalmente fue un 2% mayor que la de las anteriores elecciones parlamentarias, es una verdadera hazaña, y mantiene firme al partido como el único que impulsa un proyecto de unidad nacional para transformar profunda y positivamente nuestra sociedad. Perseguir la soberanía nacional inexistente, buscar la construcción de una democracia de verdad, son patrimonio casi exclusivo, en lo programático del POLO, y sin esos pilares no es posible soñar en un nuevo país.Haber perdido dos Senadores, y los Representantes a la Cámara de Antioquia y Nariño, son verdaderos reveses. Sobre todo porque en el caso de Antioquia nos priva de tener una voz independiente, autorizada y seria en la Cámara de Germán Reyes; pero a la vez, como dice la gente “unas por otras”, perdimos una voz en la Cámara baja en la capital, pero ganamos un dirigente presente todo el tiempo en Antioquia, impulsando la construcción y la organización del POLO.La salida de algunos miembros del partido que prefirieron jugar a sus intereses personales que a la construcción colectiva y ciertamente riesgosa de un proyecto verdaderamente alternativo, le da carácter a la organización, y le permite mirar hacia adelante con mayor unidad y posibilidad de avance. Sobre todo si se mira que en los resultados individuales de los aspirantes; Germán Reyes aumentó su votación por encima del 60%, extraordinario, aunque no le alcanzó para obtener la curul, ya que la lista bajó en su conjunto cerca de un 30%. Y la corriente que encarna Jorge Enrique Robledo creció en casi un 80%, participando de manera muy significativa en la elección del Senador que obtuvo la tercera votación de todos los candidatos en el país. Un crecimiento enorme, que premia la coherencia, la rectitud, el valor civil y la verticalidad en la defensa de la política transformadora que impulsa el POLO.Unas fueron de cal y otras de arena. Hay razones para la reflexión y la rectificación, pero también muchos más para ver con optimismo el futuro. Por fortuna no resultaron ciertos los augurios de casandras que anunciaron con alborozo por enésima vez nuestra desaparición, tanto desde la posición más extrema del “furibismo”, hasta el insaboro, incoloro e inodoro centro, que finalmente fue el verdadero y gran derrotado en el campo del escaso voto de opinión que queda en Colombia.Ahora a trabajar duro en el impulso de la candidatura presidencial de Gustavo Petro, que con seguridad va a registrar una votación altísima, tal cual lo reseñan las encuestas conocidas hasta hoy, y si partimos de lo construido, unificando al partido, no me cabe duda que pasaremos a la segunda vuelta enfrentando a uno de los candidatos del continuismo, de tal forma que confrontemos los dos proyectos que juegan en el país: el que pretende perpetuar los privilegios de una minoría, y seguir anclando el país a los intereses y designios de la Casa Blanca, frente al del POLO, que busca una Colombia como la ha definido nuestro candidato presidencial: democrática, soberana y en paz.

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