Literatura

«Las hermanas Grimes», de Richard Yates

Hace no mucho, a propósito de su novela «Ví­a Revolucionaria» (de la que Tennesse Williams dejó escrito que «si se necesita algo más para realizar una obra maestra, no sé de qué se trata»), dijimos ya aquí­ que Richard Yates era, en gran medida, el prototipo de un cierto tipo de escritores de Estados Unidos: los que teniendo un gran talento y una obra de enorme valor, sucumben sin embargo a la soledad y al olvido. Es lo que le ocurrió, por ejemplo, a John Fante, ahora reivindicado por doquier. Tí­mido, alcohólico, solitario, Richard Yates fue uno de los cronistas más lúcidos y penetrantes del naufragio ideológico, polí­tico, sentimental y vital de la clase media de ideas progresistas cuando, a mediados de los 50, el «sueño americano» y la nueva sociedad de consumo tejieron en torno a sus vidas un lazo mortal.

Richard Yates logró salir del cuarto del olvido, como muchos otros, merced a un hambriento Hollywood, que busca denodadamente argumentos or doquier. La película, protagonizada por Leonardo Di Caprio y una fantástica Kate Winslet fue un éxito, y tras ella, vino la recuperación de una novela, "Vía Revolucionaria", que es sin duda una de las grandes obras maestras de la literatura norteamericana de posguerra, y aun de la literatura americana en general. Ahora, Rosa Montero (que no suele prodigarse como crítica literaria) parece haberse vista impelida por una acuciante necesidad de recomendar, a todos los que ya se han visto gratamente sorprendidos por aquella "Vía Revolucionaria", una segunda novela de Yates, escrita 16 años después de aquella, y que en España ha publicado también la editorial Alfaguara: "Las hermanas Grimes". Tras afirmar que no recomienda su lectura a nadie que esté deprimido, pero sí al resto, Rosa Montero afirma: "Es un libro relativamente breve (224 páginas) que logra la rara magia de ser monumental. El relato, limpio y afilado como un bisturí, nos cuenta la vida de dos hermanas, desde la niñez hasta los cuarenta y muchos años de edad. Aunque sería más atinado decir que el relato nos cuenta lo que es la vida, y punto. La vida de todos, con la indefensión y la maravilla de la niñez, la esperanza y la confusión de la juventud, la lucha por la supervivencia de los años adultos y la desolación de la madurez. Polvo y cenizas". "En "Las hermanas Grimes" -dice Montero- Yates huye voluntariamente de lo grandioso. En su libro, la vida se rompe al final sin apenas ruido y la realidad se revela como un fraude, como un mediocre decorado teatral que acaba por despintarse y resquebrajarse, evidenciando su triste falsedad. Las existencias que describe son diminutas, pero están tan llenas de deseos y esperanzas como las de las personas más prominentes. El fuego de la vida arde igual para Alejandro Magno que para el individuo más modesto, y esa mezcla tan humana de lo ínfimo y lo enorme es lo que hace que la obra de Yates resulte formidable". Y concluye, comparando esta novela con la anterior, afirmando: "Más modesta en apariencia, "Las hermanas Grimes" llega, o eso me parece, mucho más al fondo de las cosas. Si la primera novela admira, ésta conmueve y conmociona. Con qué inmensa sabiduría consigue el autor dejar el relato en lo sustancial y pelar las palabras hasta alcanzar el tuétano. Sin aspavientos, sin sentimentalismos, Richard Yates disecciona la vida como si estuviera escribiendo la novela con su propia sangre. Tanta desnudez pone los pelos de punta".

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