Algunos posicionamientos en España ante la cuestión de Gibraltar

Las “extrañas” reacciones

El nuevo estallido del “expediente Gibraltar” ha dado lugar a posicionamientos cuanto menos extraños en España. El líder del PP, Pablo Casado, en un momento donde la soberanía española estaba siendo vilipendiada, ha decidido criticar furibundamente al gobierno español que intentaba defenderse de los ataques.

En un conflicto entre una potencia ocupante y un país con un pedazo de su territorio ocupado, el govern catalán, encabezado por el tándem Torra-Puigdemont, ha decidido, una vez más, ponerse al lado de los imperios. Atacando al gobierno español por amenazar con vetar el acuerdo del Brexit, anteponiendo “las buenas relaciones con Reino Unido”, y silenciando completamente el carácter colonial de Gibraltar.

Pero también ha sido cuanto menos peculiar la posición expresada por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. En unas declaraciones expresaba un sorprendente apoyo al gobierno español: “Ayer escribí al presidente, le he sido muy claro. Para defender a la gente trabajadora de Gibraltar puede contar con nosotros, para patrioterismos extraños, no”.

¿Qué es para Pablo Iglesias un “patrioterismo extraño”? Lo extraño sería que en España la izquierda no denunciara la ocupación colonial por parte de una potencia extranjera de una parte de nuestro territorio. Porque eso y no otra cosa supone Gibraltar.

¿Qué es “defender a la clase trabajadora”? De entrada luchar por acabar con un enclave colonial como Gibraltar, que alberga una base de la OTAN con un impune trasiego de submarinos nucleares, y que es también un centro de contrabando o un paraíso fiscal utilizado por el gran capital para no pagar impuestos o blanquear los más turbios negocios.

Defender la soberanía nacional frente a los centros imperiales -y la cuestión de Gibraltar va de eso- es una bandera de la izquierda.

One thought on “Las “extrañas” reacciones”

  • La familia del imperio dice:

    Para empezar, ahí se ve el «patriotismo» de la derecha neoliberal: como la cadena financiera tiene a España hecha un deudor, la derecha jamás será patriota porque eso significaría poner en peligro la financiación de la que dependen los monopolios y las grandes empresas. Al ser el orden social preservado (o «revolucionado», según convenga) por el Hegemonismo, jamás la derecha afirmará la Soberanía Nacional con sus radicales implicaciones, pues ello sería ponerse a malas con el último garante del orden económico-social que el conservadurismo quiere conservar.
    En relación a la izquierda otanista, pienso que no sorprende ya a nadie capaz de analizar qué significa la izquierda modernista: para ella la patria es «derecha» y ser vasallo del IMPERIALISMO es lo último, lo top, lo guay y el espejo de «la modernidad».
    Para el pseudo nacionalismo (en realidad pre-nacionalismo oligárquico), rendir rito de pleitesía a la cúspide de la pirámide es parte del orden como lo era hace 1000 años (cuando no había nación, no nos van a engañar con romanticismos).

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