SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

Las enfermedades de Italia son muchas

Lo primero, el país. Italia no es Grecia. Es la séptima economía del mundo, la segunda industria manufacturera de Europa. Cuenta con más activos que deudas. Es dos veces más rica que España. Es perfectamente solvente. Por último. No merece la ironía y el sarcasmo. Pero el respeto debe conquistarse. Y entonces exigirlo. Las medidas que Europa nos pide siempre han sido necesarias. Ahora nos las piden otros, para la salvación del euro. Si las hubiéramos adoptado hace tiempo, ahora no correríamos el riesgo de tomarlas deprisa y mal (…) Algunos dicen: no a los dictados de Bruselas. Bueno, pero no olvidemos que: somos un miembro fundador de la Unión Europea, estamos pidiendo prestado 200 mil millones cada año, que vivimos de exportar de vivir y moriríamos de autarquía (…) El resto son chácharas libres y perniciosas ilusiones (…)

Puede que sea injusto, pero hoy en día se nos percibe como el lado débil de Europa. Debido a que ya no somos creíbles. Hemos anunciado durante meses medidas que después se han negado o no se han aplicado (…)

¿Y cuál podría ser la solución? No es fácil. Varias veces en estas columnas, se ha invitado al primer ministro a hacer lo que el Presidente Zapatero: convocar elecciones anticipadas y decir que no se presentará. Si lo hubiera hecho, estaríamos fuera de la mirada de los especuladores. Al igual que España. Hoy en día, ante la patente disolución de la mayoría, que vota la confianza pero no gobierna, la salida no puede ser otra que las elecciones anticipadas, impuestas por los acontecimientos. Un eventual gobierno Letta o Schifani , o técnico (poco probable) de los que se habla en este momento, se encontraría sin embargo en la incómoda necesidad de dar una respuesta económica creíble a los mercados. Y tomar decisiones impopulares y costosas en términos de consenso. Una propuesta útil podría ser considerar el «paquete Europa» de cualquier nuevo gobierno como un programa bipartidista, abierto a las contribuciones y los votos de todos. Una oposición responsable, si estuviera en el gobierno, no podía hacer otra cosa en muchos temas que hoy se debaten. Y no tendría ya la excusa de la presencia incómoda de Berlusconi. Pero a juzgar por las declaraciones de esta horas, el populismo y el oportunismo parecen prevalecer. Las enfermedades italianas, por desgracia, son muchas.

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