Las elecciones griegas han evitado una situación aún más crí­tica para España

España ha quedado encerrada en un laberinto después de las elecciones griegas. La situación es en estos momentos extremadamente confusa, con fuertes acentos de pesimismo. Mientras todo tipo de rumores se enseñorean de un Madrid más agitado que nunca -ayer, la inevitabilidad de una intervención total de la economía española-, Mariano Rajoy se estrena en el G-20 y visita Brasil. Presión de Estados Unidos a Alemania para que actúe con generosidad, y exigencia alemana a España para que solicite formalmente el rescate de la banca.No ha habido milagro tras el acontecimiento griego, pero el Apocalipsis parece que tendrá que esperar. Los cajeros automáticos siguen expendiendo billetes y los españoles mantienen la posibilidad de abrir cuentas corrientes en el extranjero. No ha habido milagro -no habrá milagros en la actual crisis- y España se halla ahora en el interior de un laberinto cuyos enrevesados pasajes pueden conducir a la habitación del Minotauro: un decreto de intervención con cabeza de toro.