La CDU pierde votos pero aumenta su ventaja

Las elecciones alemanas van tomando color

Las elecciones regionales en varios lander alemanes permiten entrever varias tendencias de desarrollo ante las inminentes elecciones generales del 27 de septiembre. La formación democristina de la canciller Merkel, la CDU, aparece con una ventaja de 12 a 15 puntos sobre sus rivales -y a la vez socios de gobierno- socialdemócratas del SPD. Sin embargo unos y otros pierden apoyo popular, abriendo las puertas a eventuales coaliciones de corte mucho más conservadoras como un probable gobierno CDU-FDP (liberales), que tendrí­a las manos mucho más libres para aplicar medidas antipopulares mucho más severas. La gestión de la crisis económica, y también la participación en la guerra de Afganistán, están desgastando a los partidos gobernantes, pero el desgaste es mucho más pronunciado entre la base social progresista.

La CDU de Merkel saboreaba hace unos días un bocado agridulce de las elecciones en Sarre, Turingia y Sajonia. No es lato de gusto para nadie perder 10 puntos de apoyo popular y la mayoría absoluta, pero si tu inmediato rival socialdemócrata se hunde mucho más que tú, ampliándose la ventaja hasta a 15 puntos a dos semanas de las generales…Las razones del desgaste generalizado tanto de la CDU como sobretodo del SPD –las dos patas del modelo político alemán de las últimas décadas- hay que buscarlas en primer lugar en la gestión de una crisis económica que ha semiparalizado la locomotora económica alemana. Pero también en un nuevo factor que ha entrado explosivamente en la campaña electoral germana, y con el que nadie contaba –o todos esperaban poder ocultar- hasta ahora: la participación en la Guerra de Afganistán.El sangriento bombardeo de aviones alemanes contra dos camiones cisterna -que acabó con la vida de 135 afganos, incluidos unos 70 civiles y gran número de niños de diez a dieciséis años- ha roto el espejo de la “solidaria” participación germana en la “civilizada” ocupación de los EEUU de Obama. Y ha hecho aflorar una contradicción enterrada hasta el momento, entre un 60% de la opinión pública frontalmente opuesta a la contribución alemana a la guerra y las fuerzas políticas que la apoyan, que suponen un 90% de la intención de voto. Y esto, lo mismo que las medidas anti-crisis, ha hecho más estragos entre las filas del electorado socialdemócrata que entre el democristiano.Merkel pierde votos pero gana ventaja, y sus hasta ahora opositores del Partido Liberal se frotan las manos ante la perspectiva de entrar en el gobierno. Para la de Hannover, un gobierno Schwarz-Gelb (negro de la CDU-amarillo de la FDP), podria ser sin embargo un regalo envenenado. Librarse de cohabitar con los eternos rivales socialdemócratas y pactar con los más afines liberales puede antojarse como una golosina. Pero despojarse del “barniz social” y de la cobertura que significaba trazar políticas antipopulares con la participación de la “izquierda” y de un “pacto nacional” puede acabar pasándole factura. En todo caso, todo esto no pasa por ser meras conjeturas. El 27 de septiembre dejarán de serlo.

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